lunes, 3 de junio de 2024

EL GRAN CAMBIO


            La mañana era soleada y una fresca brisa envolvía el balcón donde me había apoyado buscando un pequeño respiro a la desagradable tarea que me había autoinmpuesto. El parque del sanatorio daba una imagen de paz y frescura inimaginable. Comencé a recordar un sin fin de situaciones pasadas que se acercaban a mi memoria trayéndome la infancia y la adolescencia de la mano de esos tristes momentos.

            Comenzamos la escuela primaria en un jardín de infantes , éramos cinco niños brillantes. Agustina con sus enormes ojos de color café y siempre enroscándose un mechón de pelo mientras se chupaba el pulgar ; Federica con su barriguita redonda como osito de peluche y sus pecas ; Renato el pequeño salvaje que nos inventaba constantemente alguna travesura y a quien seguíamos incondicionalmente ; Héctor un flaquirucho con pelo rubio, ojos de color celeste y un tartamudeo casi imperceptible, inteligente y gracioso hasta para caminar. Finalmente yo con mi pertinaz ¿por qué? ,que seguía o mejor dicho perseguía a toda la familia y a todos los maestros. Así estaba conformado ese grupo compacto y feliz de niños sin problemas. Seguimos afables hasta un momento en que de repente se desencadenó todo ésto.

            El pequeño Héctor no apareció por la escuela. Su lugar vacío y el silencio de los profesores a nuestro constante ¿Y Héctor , por qué no viene? y el silencio y miradas raras que no comprendíamos . Teníamos nueve años y estabamos acostumbrados a hacer todo juntos.

            Después de casi dos meses volvió pero estaba más delgado aún, pálido, ojeroso y muy, muy callado. Su alegre sonrisa estaba muerta y se sentaba lejos de todos nosotros, cuando nos acercábamos se paraba y se iba a algún rincón gris del colegio.

            La maestra lo hablaba de otra manera y cuando la profesora de gimnasia tomó licencia para tener a su bebé, sucedió algo inesplicable. Vino un profesor nuevo, joven , atlético y muy simpático, que nos hacía reir mucho. Pues bien en un momento que lo tomó a Héctor de la cintura y quiso hacerle hacer una palomita, éste pegó un grito desgarrador y soltándose salió corriendo. Nunca más volvió.

            ¡ Ningún adulto nos dijo nada y quiero olvidar el resto por ahora!

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            Cuando Agustina recibió la beca para ir a estudiar danza en Boston de alguna manera supimos que partía para siempre y quisimos estar todo el pequeño grupo juntos para despedirla. Ya teníamos catorce  años y se me ocurrió buscar en la guía telefónica por el nombre de su padre el teléfono de Héctor. Logré  encontrar a su madre que quedó muda de asombro al escuchar mi voz.

            -¡Querida...no sabes que nuestro hijo escapó a un país limítrofe ...hace como tres años y no lo podemos encontrar! - dijo casi sollosando la mujer.

            - Realmente siento mucho pero nunca supimos más de él después que escapó de la clase de gimnasia- dije de un sólo tirón- nos gustaría saber de su vida, ya que ahora estamos haciendo bailes y fiestas para irnos de viaje  de egresados. ¿Cómo podemos hacer?- casi suspiré en lugar de hablar.

            - ¡Lo siento pero estamos desorientados y muy, muy tristes por su vida!- y cortó rápidamente y yo me quedé con las palabras en la boca...

            El aeropuerto era un verdadero loquero, gente que llegaba de todos los países y otros que salían en busca de una aventura. El grupo que estaba con Agustina era alegre y ruidoso, imaginen a más de treinta adolescentes en caravana. En un momento que fui a buscar unas pastillas de menta para la viajera tropecé con una persona muy extraña que me miró con desprecio. Era un raro personaje vestido con ropas casi femeninas por el color y los detalles y junto a él estaba un Héctor irreconocible. Tenía el cabello muy largo, con rulos, de un extraño color cobrizo. Sus ojos se posaron brevemente en mí y salió como picado por una serpiente venenosa. Lo perdí entre la muchedumbre y cuando les conté a los otros amigos me conformaron diciendo: - ¡Debes haberte confundido, si los padres hace años que lo buscan y no lo pueden encontrar! - dejé  de pensar en él por la montaña de cosas interesantes en las que me zambullí.

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             Acaba de venir  un joven médico y junto a mí se apoya en la pared del balcón. Mira con desgano hacia el parque  y sonríe...

            -¡ Estás muy cansada y necesitas dormir, por qué no te recuestas en la cama de mi oficina!- dice mientras mira mis pies hinchados y mi ropa arrugada y nada impecable.

            -Gracias pero me necesita acá no tiene a nadie más. Su gran amor desapareció junto con su auto nuevo y todo su dinero. ¡Tú sabes lo que son estas personas, tal vez más que yo!.- murmuré mientras tomaba de su mano una taza de un café áspero y super recalentado. Él, su enamorado parece que se fue del país apenas supo que había tratado de suicidarse.- dije tomando a pequeños sorbos el líquido agrio.

            - ¡Si no fuera por tí tu amiga no se salva, lo entiendes ¿verdad?..., pero no sabemos cómo responderá al estímulo de los medicamentos .- me miró con mucha dulzura y subrayó- ¡ Está aún gravísima!. Tienes que irte y dormir.- me tomó suavemente las manos y casi me arrastró hasta el pasillo donde un ascensor prometedor de paz me indicaba por donde salir.

            -¿ Quién la cuidará si me voy?- dije.

            - Estoy de guardia hasta mañana prometo hacerlo.- así partí para casa.

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            En el verano en que cumplí los dieciocho años, papá y mamá quisieron que fuera de vacaciones a Italia, por supuesto partimos con Federica y Renato y Agustina se nos unió allá, pues estaba en Londres con una compañía de balet importante. Fueron unas vacaciones inolvidables. Cuando regresábamos exhaustos de caminar por todos los museos , galerías comerciales y teatros, nos acomodábamos para charlar y siempre Renato recordaba que nos faltaba un brazo. ¡Siempre estaba Héctor en nuestras conversaciones!.

            En Roma encontramos a otros dos compañeros del colegio y dispusieron unírsenos. Así luego de alquilar una camioneta seguimos con Lucio y Martín. Realmente eramos como hermanos después de tantos años de amistad. A veces ellos daban un paso atrás cuando algún muchacho se nos acercaba para flirtear y nosotros hacíamos algo semejante cuando veían chicas a quien decirle alguna palabra de amor. Luego nos contábamos todo y reíamos como en el liceo.

            Desidimos ir a París, juntos en un pequeño hotel para estudiantes a bajos precios y lleno de juventud pasamos unos días extraordinarios. ¡Por supuesto fuimos a ver el famoso "Molino Rojo" y allí nos sorprendió ver tantos travestis, homosexuales y transexuales, pero claro que todo era nuevo para ese puñado de chicos de provincia.

            Los muchachos salían solos de noche a ver las calles de burdeles y nosotras quedábamos a mostrarnos las compras y regalos. Una noche llegaron desusadamente alterados... ¡ Hemos visto a Héctor en un burdel! ...pero no sabemos si realmente es él por lo extraño de su presencia y mirándose con los ojos muy aguzados callaron. Ya el viaje no fue igual porque comenzamos a discutir entre todos si debíamos ir en busca de viejo amigo o nó.

 

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            Cuando llegué a mi departamento, tiré mis zapatos por el camino y enfilé hacia el baño abrí los grifos y fui al contestador del teléfono para escuchar a quién había llamado en esa prolongada ausencia.¡ Por supuesto varios llamados de mamá y de mi hermana Celeste, también mi cuñado que necesitaba algunos datos del diario...y me emocionó el sonido de la voz de Agustina que desde Estocolmo me preguntaba preocupada ¿Dónde diablos estás?...y una risa y de inmediato  respondió..¡Con algún macho espectacular, periodista, como tú! . Yo comencé a llorar por la simple cuestión...¡cuánto hubiera necesitado la presencia de Federica y Agustina!

            También lloré por el dolor de haber visto a Renato casarse con la arpía de Nenuca Pisterinni, una tonta muchacha que lo redujo a nada con su mente de nueva rica. Lloré como veinte minutos hasta que casi se enfrió el agua de mi baño. Me abracé con una salida de baño, comí pollo frío que tenía en la heladera y me quedé dormida. ¡Por supuesto soñé con nuestro viejo grupo y disfruté en mi sueño!

            Al atardecer casi de noche me despertó el sonido insistente del timbre, me incorporé y salí así como estaba a responder pero no era el portero eléctrico sino el de la puerta del departamento. Con temor y curiosidad espié por el visor y vi deformada la figura de Federica. Cuando entró me abrazó y me depositó en un sillón del estar.

            -¿Cómo pudiste quedarte tan callada con semejante problema?- dijo algo ofuscada.

            -No podía decirle nada a nadie por pedido expreso de...- me interrumpió con su aparatosa figura de futura madre...

            -¡Nada era lo suficientemente grave para que no lo compartieras conmigo!- se paró con dificultad y fue hacia la heladera y se sirvió un jugo del cartón directamente. - La verdad es que me siento terrible ya que no confiastes en mí.- se volvió a sentar.

            -Federica compréndeme no era fácil explicar todo lo que pasaba. Piensa en todos estos años en que nadie supo qué había pasado y en esa pobre familia...además , aún me cuesta  a mí, entender y aceptar este desastre.

            -Tú deberías habernos llamado de inmediato y hablar con nosotros.- se volvió sobre su enorme cuerpo para apoyar su espalda dolorida.

            -No Federica, él me lo prohibió. Era demasiado difícil de comprender, incluso para mí, hasta que me pudo contar toda su historia.

            -¿Y por qué a tí y no a alguno de nosotros?- siguió insistiendo.

            -Tal vez porque soy periodista y tú sabes que estoy más acostumbrada a este tipo de cosas.

            -Ahora podrás contarme con detalle ya que yo te acompañaré mientras me lo permita mi estado. ¡No pienso dejarte sóla y menos a...bueno , no se como expresarme.

            Comencé a rememorar cuando dos años atrás...

 

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            Había mucho trabajo en el diario y Mauricio mi compañero de redacción me había tirado sobre la computadora un sinnumero de papeles. Unas fotos y faxs, junto con un material importantísimo había llegado de las agencias extranjeras. Yo tenía destruida la sepalda cuando acabé con todo y bajé al despacho de Arturo, mi jefe y se sorprendió por la calidad del trabajo. Me permitió volver a casa y me pagó el remise. Cuando llegué al departamento con miscostumbres arraigadas me fui derecho al contestador del teléfono. Llamada de mamá y de Mauricio pidiendo unas direcciones y luego varios ruidos propios de quien llama y no deja mensaje; de pronto una extraña voz preguntando por mí:- Hola, necesito hablar contigo , te espero mañana en mi piso en calle Rosales y Chacabuco, es un edificio muy grande , vivo en el piso veinte. Te necesito ...Héctor  Roseaude.¿Vendrás?. Dí que sí, por favor.

            Mil conjeturas y mi indesición de ir a un lugar tan a ciegas. Soy periodista pero tengo lógicos temores. Dormí muy agitada , pero el cansancio pudo con mis pensamientos. El despertador me trituró los oídos. El teléfono sonaba y era mis jefe que me exigía fuera al diario urgente,el trabajo era intenso y cuando quise acordar eran casi las nueve de la noche. Salí con mi ropa arruagada y despeinada, ni rastro de maquillaje, pero no me importó. Tomé un taxi en la puerta del diario y di la memorizada dirección.

            Es acá me dijo el chofer mirándome con el rabillo del ojo mientras me daba el vuelto de un billete grande.¿ Sabe qué barrio es este?. Y sin esperar respuesta partió por la ancha avenida.

            El edificio tenía un lujo espectacular. Un hombre de aspecto serio me abrió la gran puerta y me preguntó adónde me dirigía: - Busco al señor Héctor Roseaude,- dije muy disgustada. Al piso veinte. El guardia me miró algo sorprendido y tomó un teléfono interno y habló con alguien, ...pase y me dejó ingresar al ascensor más grande que conozco.En un segundo estaba frente a una puerta decorada con espejos multicolores. Alguien abrió y tomándome del brazo me metió casi de golpe en una sala de refinado y exquisito buen gusto.

            -¡Perdón , busco a Héctor! - dije a la mujer espectacular que ya me había soltado el brazo.

            - ¡No me reconoces¿verdad?, querida !. Han pasado muchos años y nadie me ha visto. Yo era Héctor. Ahora me llamo  Aylén y ven, sentadas será más fácil.- y me hizo sentar en un inmenso sofá tapizado en terciopelo negro donde su bella cabellera rubia y su lánguida figura se recortaba como una diosa del Olimpo. Yo me observé las manos cuando vi sus impecables uñas largas esmaltadas de un suave tono durazno que me pasaba una copa de vino tinto de marca renombrada..., mi aspecto era deplorable. Me dio vergüenza y escondí mis pies, ya que ella usaba unas sandalias de cuero finísimas y su vestido de una hechura perfecta hablaba de modistos europeos desde lejos. Tomé con gusto el riquísimo vino y luego traté de reponerme de mi estupor.

            -¿ Qué es ésto Héctor, no puedo entender nada..., dime qué me está pasando, acaso es un chiste del viejo Renato?- y se me quebró la voz.

            -Mira pequeña he recurrido a tí por razones a mi voluntad, tengo un grave problema de sucesión por mi nueva identidad y creo que sólo tú puedes ayudarme.

            -Perdona pero primero necesito una explicasión a todo lo que veo.- dije tratando de escapar de allí.

            -Bien escucha mi verdadera historia. ...Recuerdas cuando estuve tanto tiempo sin ir a la escuela...bien sucedió que el chofer de mamá el viejo y querido Juancito, murió repentinamente de un infarto. El socio de papá le trajo recomendado a un sobrino lejano de su esposa y papá lo tomó. Era joven, alegre y siempre hacía lo que yo le pedía. Como mis padres siempre estaban ocupados por sus obligaciones, yo le pedí un día a mi madre que me llevara al zoológico pues habían nacido crías de varios animales que yo adoraba. Mamá tenía un importante congreso y le pidió al chofer que me llevara. ¡Y me llevó! y cuando terminamos el hermoso recorrido, me invitó a comer en un pequeño lugar cerca de allí. Yo nunca había vivido una cosa así y me sentí muy importante. ¡Nunca voy a olvidar ese día , te lo puedo asegurar...-dijo y comenzó a hacerme masajes en los tobillos hinchados- Luego de comer me pidió que lo acompañara a su departamento para cambiarse y yo ingenuamente fui. ¡Allí me violó varias veces y me aseguró que si yo decía algo, me mataría, ojalá lo hubiera hecho!. Esa noche mientras cenabamos con mis padres me desmayé  sobre la silla junto a la mesa. Cuando mi padre me alzó, el grito de horror de mi madre me despertó y vi asustado mi pantalón, la silla y la alfombra llena de mi sangre que goteaba de mis músculos desgarrados. Una ambulancia llegó inmediatamente y me llevaron a la clínica de mi tío, donde un equipo de excelentes médicos me reconstituyó, me hicieron cinco cirugías restauradoras. Nadie me podía sacar el nombre del violador. Yo tenía terror. Así se escapó el canalla y yo comencé un tratamiento psiquiatríco que trató de ayudarme. Pero comencé a tener una conducta fóbica. ¿Te acuerdas lo que me pasó con el pobre maestro de gimnasia en la escuela?. Nunca me pude sacar de mi mente la culpa.

            -¡Pero no tenías ninguna culpa, al contrario, yo creo que eras una víctima!-dije con verdaderas lágrimas en mis ojos.

            -¡Ay mi querida Chiquita, qué poco conoces a la gente!- me dijo con una suave caricia en la frente. -Te serviré algo de comer, ven - dijo y me llevó a una mesa que parecía de las de televisión. -Come algo que debes estar exhausta y me sirvió una crep de langostinos y champignones. Ella o él, tomó unos bocaditos de jamón y sonriendo me explicó:-¡Debo cuidarme mucho, con tantas cirugías no me debo descuidar, sino no tengo trabajo! . El buen vino tinto fue dejando mis resistencias y más segura le pregunté :- ¿ Pero tú desapareciste de la casa de tus padres con casi catorce años si no recuerdo mal, yo hablé con tu madre cuando Agustina consiguió la beca y ella no te podía encontrar,tu padre hasta pagó a varios detectives privados aparte de toda la policía...?

            - Sí y yo les pagaba aún más que él para que no me delataran. ¿ Tienes idea cuanto dinero se gana en la prostitución masculina?..., millones de dólares que nadie declara porque es ¡tan reprobable! y además hay muchos hipócritas que desde sus hermosos hogares la fomentan en escondidas.¡ No sufras la verdad es peor de lo que te puedas imaginar!. Yo tenía trece años y me buscaban hombres muy conocidos y los cínicos, algunos eran amigos "¡fieles!" de mis padres. Piensa que cuando en la escuela supieron lo que me había pasado muchísimos padres de nuestros compañeros le pidieron a los directivos del colegio que me echaran, pero no lo hicieron y yo escapé.- sus largas manos jugaban con unos anillos carísimos.

            -¡No creo que mis padres y los padres de Agustina, Federica y Renato pidieran eso!- respòndí esperanzada en el buen comportamiento de mis progenitores.

            -Lo siento , pero sí, tus padres también. Yo no soportaba la mirada de asco de mis padres y de todos los que me conocían, por eso escapé.¿ Recuerdas cuando me viste en el aeropuerto?, yo tenía pasaporte falso con otro nombre y adulterada la edad y viajaba con mis amantes , me lo había conseguido un alto funcionario que me adoraba...y fue tanta la vergüenza que sentí y el miedo que me escapé de tu presencia. Cuando en Francia me encontraron los chicos del grupo, me hice humo y me drogué como un animal enjaulado, sabes, fue terrorífico verlos y no poder abrazarlos y decirles cuánto los extrañaba y los quería. Ahora ya soy Aylén una mujer sofisticada, llena de seguridad y ya no me avergüenza mi cambio rotundo. ...Pero nada es perfecto por eso estás acá conmigo ahora...necesito que hagas una serie de artículos sobre la vida que llevamos los que hemos sido violados de niños. ¡Hay muchísimos que andan tirados, drogándose y matándose de a poco por falta de una ley que tome el tema en serio. Hablamos mucho, me entregó un material precioso y me metí en el infierno más terrible del que no voy a salir nunca.

 

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            -¡Estás loca Chiquita si piensan con Mauricio y Jorge, que voy a autorizar esos artículos me dijo Arturo mi jefe de sección en el diario. Las fotos que me diste están plagadas de personajes reconocidos en la política, en el foro, en el arte y hasta hay comerciantes e industriales que mantienen la tirada del periódico!.- dejó, casi tiró los sobres sobre mi escritorio.

            -¡Pero sería una obra de bien tomar esta causa...y creo que la respetabilidad nuestra se elevaría con nuestra investigación !- dije alterada y casi a a los gritos.

            - De ninguna manera yo voy a enfrentar a toda esa gente, como que me llamo Arturo Saldaño Iriarte, saldré con una bala en la nuca.

            -Eres un cobarde y  un cómplice de esa inmundicia...salí golpeando la puerta y me fui a la casa de mi novio. Allí sin darle nombres le conté todo lo sucedido y por supuesto felicitó la negativa de mi jefe. Me repitió ...terminarás con una bomba en el auto o un balazo en la cabeza...y yo le dije que estaba mirando mucho cine y T.V., pero entendí cuan difícil sería lograr hacer algo por mi viejo amigo Héctor, hoy la bellísima Aylén.

            -Ahora comprendo tu silencio - dijo Federica y me acercó un pañuelo ya que yo había logrado llorar como hacía mucho no podía.

            -¡ Creo Chiquita, que esto es una cruzada para mujeres, según mi ecografía voy a parir un"machito" y no me perdonaría que sabiendo todo lo que vivió nuestro amigo, amiga ahora, yo no me involucrara , según veo el miedo paraliza a los hombres!. debemos ir al hospital, se está haciendo muy tarde.

            - Saco el auto y vamos , dije mientras me maquillaba como me había enseñado Aylén después de ese penoso primer encuentro.

            El viaje hasta el viejo hospital fue difícil por el gran congestionamiento de tránsito. La ciudad ha crecido demasiado me recordó Federica , mientras maniobraba entre ese pandemonio, yo no me atrevo a manejar ahora que estoy tan atérmino de mi embarazo. Yo casi no hablo cuando manejo y tengo que reconocer que soy muy mal hablada cuando estoy al volante. Llegamos y ya estaban prendidas todas las luminarias del nosocomio. Allí parado el buen médico joven me esperaba. No noté ninguna diferencia con la vez anterior. Todo estaba igual, ni peor ni mejor.

            -¡Gracias a Dios llegó, ha preguntado toda la bendita tarde por usted!- me señáló le habitación y se despidió mirando con ojos profesionales a mi gorda embarazada.¡Cuídese!. Y partió perdiéndose en el ascensor.

            - Mira como está dormida...parece un ángel...recuerdo a nuestro pequeño Héctor nos hacía reir con sus inocentadas. Me muero por darle un beso ¿se despertará, qué crees?. me miró con unos ojos pícaros.

            - Ven Federica dámelo, que yo muero por recibirlo, y tú mi pequeña Chiquita también acércate. La besaron dulcemente, Aylén con sus manos llenas de tubos y agujas acarició el vientre de su vieja amiga. Muero de amor por las dos.

 

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            Los periodistas la rodearon con sus micrófonos y sus cámaras. Había comenzado una campaña con consignas que muchas madres apoyaban y algunos hombres también. Los teléfonos de una pequeña oficina que habían alquilado estaban al rojo vivo con personas de ambos sexos que llamaban para contar sus experiencias y tristes historias de la niñez. No sólo eran varones pewqueños sino que había pequeñitas de toda edad que venían de la mano de abuelas, maestros, amigas y así comenzó a provocarse un caos que la ciudad parecía un infierno.

            Faltaban cámaras y cintas a tantas declaraciones de gente que hacía años y años escondía en su pobre dolorido corazón esas experiencias traumáticas. Habían llegado de otros lugares y los llamados de más lejos.

            El jefe de Chiquita se resistía a aceptar la verdad de que el mejor reportaje del año estaba allí en manos de su equipo. Llamadas de personajes muy conocidos, algunos de ellos personajes premiados por instituciones internacionales. El diario tenía la tirada más grande del año y cada día anunciaban más empresas .

            Luego de unas semanas ya el grupo tenía material para hacer una película, pero comenzaron a llegar al diario amenazas y anónimos dando a entender que algo muy grave iba a suceder...Esa mañana la llamaron al departamento y le avisaron que Aylén se había ahorcado en el lujoso departamento.

            Cuando fue a poner el auto en marcha, explotó dejando pequeñísimos trozos del pequeño cuerpo de "Chiquita" por toda la cochera. La sangre de ambos no era suficiente, Federica fue atropellada cuando salía del supermercado.

            La mafia una vez más había ganado.

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