LLUEVE EN EL CREPÚSCULO
siento casi mutilado
el desgajar de la borrasca que machaca.
Llueve y se quebranta
el ebúrneo meollo del ocaso en llamas.
¡ Qué insensato el
cielo en su fractura !
Disfruto en mi rincón
el trepidar,
holgando sin recato
la plácida belleza de esta lluvia.
Cambian todos los
colores de la tarde.
Circunspecto el
arcoiris derrrama sus matices encarnados.
Índigos, violetas,
azules, plateados ingresan en la noche.
Toda una comarca
desflecando fulgores argentados.
Las ráfagas. Guiñapos
de metales áureos,
líquido fluido helero
que me sazona en regocijos.
Me lleno de alboroso.
Llueve.
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