ESPAÑA
Tus calles de piedra y nácar reflejan en las ventanas
la niña que hay en tus ojos, valenciana de colores
camino con plata y sangre de bermellón y sonrojos
Un candil apenas muestra que el sol muere en la ventana.
Te quedan entrelazadas la verbena y el malvón, en las manos
de una maja que duerme en algún portal de verde color sedoso
mientras lustras con palabras de poetas y cantores
la magia de los jardines que esconden nuevos amores.
Sale de los adoquines una nube de brillante alhajas
dejadas por moros de antigua estirpe,
recuerdos que cantan con guitarras y palmas.
En los caserones vuelven la mirada enamorada
a mosaicos de colores que reflejan las flores de arco iris
y en las paredes prendidos los macetones colgantes
preludio de bailarines con el aire del levante, las flores
danzan su fiesta silenciosa y elegante. Así te he visto
Valencia, Barcelona y Madrid, como una fiesta de amantes.
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