martes, 19 de abril de 2016

MADRE TERESA DE CALCUTA

A TI MADRE TERESA

Una hilacha de algodón blanco y azul
abraza el cuerpo inerte de un doliente
manos rugosas con venas de amor y  de ternura
acicalan la deforme piel que envuelve un niño moribundo.
Nada te amenaza, ni el hedor ni los gusanos. La lepra no te asusta
Santa Madre Teresa allí en Calcuta, lejos de tu hogar y de tu gente.
Son tus hermanos que no tienen Nada, nada de nada y tu le entregas todo.
Tu alma tu cuerpo, tu débil fortaleza, tu Fe y tu amor…
Casi descalza desandas las “chabolas”, casi desnuda caminas junto al Ganges
para ayudar aquellos que dan su último suspiro.
Muchos te aman, todos te respetan y ¡Eres tan grande y tan pequeña!

Pronto se acercan otras mujeres a entregarte su destino. Te siguen
en la búsqueda de un mundo de justicia y hermandad cristiana.
Ahora en los rincones más pobres de la tierra… van caminando
con los “saris” blancos y azules aquellas que te acompañan en amor fecundo.
Es un hábito que lleva esperanza a quien precisa unos brazos fraternos
Es tan sólo el reflejo del Amor de Teresa repetido mil veces…
Dios proteja su lucha y su agonía. Cuídalas señor del atropello
de los que no creen en la Palabra de Cristo.
                                                ¡Amen hasta que Duela!


                                               Graciela Elda Vespa. Mendoza Argentina.




TERESA SANTA DE LOS POBRES

Puedes darme tus manos laboriosas y grises
Necesito me enseñes adentrarme en la vida
seco  tu rostro con fuertes cicatrices
que aumentan la sombra del dolor que reviertes.

Cuánta fuerza lograste con tu bondad Santa
Siendo tan pequeñita, tan austera y mordaz.
Es preciso  me enseñes a despojarme de objetos
que no son ni valiosos, necesarios o urgentes.

Tu vida toda en la extrema pobreza
abrazando los cuerpos moribundos y enfermos,
es preciso que aprenda a orar con los hechos,
mis manos lavando los pies de todos mis hermanos.

Socorriste a los débiles, los más pobres y solos
sin esperar que el mundo te llenara de oro
Apenas alimentabas  tu cuerpo pequeño
compartías los peces, multiplicabas panes y amor…
Ese fue tu sueño Santa Madre Teresa


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