Paraíso que llena mi
mundo de promesas.
Espero domeñando la
ausencia de tu amor.
Pasos silenciados de
alas cantarinas.
¿Dónde escondo el
perfume de mis sueños?
La sombra que atropella
mis ansias de ternura
socorren a quien me
altera el dolor de la ausencia.
Eco misterioso de
cascada de vidrio.
Pasto enamorado de mis
plantas desnudas.
Asesinato exacto de la sonrisa.
Venas que desparraman mi
génesis celosa de vientre azucarado.
Encuentro entre las
páginas del almanaque tu cuerpo majestoso...
La esperanza galopa en
tu macho perdido como padrillo ajeno.
Marcaré en la carne de
mármol atrevido
tu presencia y tus pasos
guiaran mi destino.
Camino a la casona de
piedra desgarbada
con la umbrosa soledad de la memoria.
Tu cuerpo plateado, piel morena, me penetra lo indómito.
La nada.
Caen en cascadas las
nubes que anudas en la tarde.
La doncella dormida con
los pies descalzos enlaza la belleza.
El hombre solo mira el
callejón sombrío.
Hay un silencio
mitigando el bandoneón lluvioso de nostalgia.
Me miraste a los ojos y
un aletear de risa me propuso un mañana...
llámame con tu risa que vendré cantando.
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