El corazón se derrama sobre el mantel de lirios,
sobre la calle empapada. Llueve.
Las piedras brillan bajo los pies dormidos de la noche.
Un farol de fuego invita a colgar las hojas de un cordel clandestino.
Un parral sediento que suspira.
Un fuelle viejo entona un tango triste.
Uvas húmedas y tibias rememoran su tiempo de vino.
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