miércoles, 16 de abril de 2025

Mark

 

Los motores rugían entre vapores de gases y fuego. Kevin, se agachó como pudo, para comprobar si todos los comandos estaban en su lugar y posición justa. Observó por el visor de su máscara a su costado y vio que Mark estaba tranquilo y lo miraba confiado. Apenas se podían mover en ese reducido espacio. Desde tierra, se escuchaban las últimas indicaciones de los ingenieros y técnicos. No tenía ni frío ni calor, pero algo en su interior lo mantenía muy rígido...¿sería su traje antiflama? ¿o tal vez los miles de cables que lo conectaban a diferentes máquinas que la técnica necesitaba de ellos? Aparatos acústicos, neurológicos y cardiovasculares ,medirían cada uno de sus actos.¡Tal vez era simplemente ...miedo!

Sintió la voz de Lucy y de los niños que le hablaban y les deseaban suerte...y mil recomendaciones. Se rió cuando Samantha, la pequeña, le pidió  que le buscara como regalo una muñeca...¿De dónde podrían ellos sacar allá un juguete?

Pasarían un largo año dando vueltas en el espacio. En realidad estaría sólo...,¡sólo no, con Mark , que sería su único amigo y compañero!

El viejo doctor Martins, comenzó el conteo y mientras lo saludaba y le daba infinidad de recomendaciones. ...5...4...3...2...1...O...Ya no podía volverse atrás, miró a su compañero de viaje que le hacía una gran y tranquilizadora sonrisa. Aunque parecía algo indiferente. Suspiró y se distendió. Atrás quedaba esa maravilla cósmica que es el planeta Tierra. A su lado Mark lo miraba infundiéndole mucha paz. El pequeño Mark, era un chimpancé adiestrado en la NASA, que lo acompañaría los 365 días de la experiencia espacial.                                                                                           

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