La
vida es esto
una
nueva caminata por las calles de otoño
en
un Mendoza de heladas y de Zonda
donde
nos desplazamos los locos de las artes
buscando
escapar a la distancia
de
un mundo intransitable de quimeras
hay
un canto diferente en esas bailarinas casi esfumadas de
las
telas, blancos pañuelos que extravían en sueños y añoranzas
amores,
sufrimientos, consuelo
y
un grito por la tierra
que
aferra al hombre de mirar sombrío.
Todos
es color
todo
es movimiento
los
pinceles bailan sobre el lienzo amigo
y
el brazo se transforma en obstinado aleteo
de
palomas de esperanza.
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