Lucio, Marcos, Leonardo y Jorge,
decidieron hacer un viaje al sur de
En la camioneta se acomodaron con
tantas cosas que parecía que iban a dar la vuelta al mundo. Rosita, les había
preparado sus codiciadas tortitas con chicharrón y las puso en una caja de
galletas, que cuando quisieron acordar quedaba la mitad. ¿Eran tan ricas!
Partieron bien temprano al llegar a Desaguadero, no advirtieron que en la otra
cabina venían los “nuevos” esos que había invitado Leonardo y que no conocían
de antes de esa expedición. Lucas pidió que lo cambiaran con el otro grupo para
ir chequeando qué tal eran.
Charló un rato y cuando andaban ya
por el campo traviesa, por una de esas rutas de pura tierra, uno de los que
viajaban sacó un revolver y disparó a una liebre que corría como libre, no más.
¿Buen susto y bronca se llevó Lucas, tenían por costumbre no llevar armas con
balas en la cabina! Puramente por precaución.
“Las armas las carga el Demonio y la
descargan los tontos” decían en cada cacería.
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