lunes, 5 de septiembre de 2016

POEMA 185

Escucha...

el viejo laberinto nos observa.

Hay joyas en cada vidriera de nuestro paraíso.

Capitán de la nave con la proa deshilachada al viento;

toma mi mano ingrávida

voy a bosquejar cada arruga de los rostros

que el tiempo amigo ha dejado incrustado en el azogue

apoyaré mi cabeza blanca en tu pecho macilento

nido de estopa      esponja de perfume suave

madera  de sauce flexible donde penetran los miedos

que cosechamos unidos

de ser tan extraños        a los sueños.

Acúname  y que tus ojos opalescentes de tiempo

me deslicen por el sendero de la cumbre montañosa

dejaré en ella  la materia de mi ser 


de mujer y de poeta.

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