jueves, 1 de septiembre de 2016

POESÍA 152

Sabes que estoy cansada de la tonta venganza,
de la ira,  
del caminar despierta y soslayando
al destino que  inquieto abanica mi piel desnuda.
Tú, lo sabes. Te interesa           sales
vociferando por la explanada caliente de mis senos
con un arma de plata  
ya sin fuerza al sostener la enorme columna de tristeza
que encastra la memoria perdida.

Sabes que estoy cansada
inerte
como ciega de toda ceguera
buscando en el matorral en llamas la conciencia.
Mi boca restablece el pacto primitivo
la palabra esperanza en tus tablas de viento
allí abandonada al pie del ara.

Ya lo sabes. No importa.   

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