lunes, 20 de marzo de 2017

POEMA

Y
un día amaneció la cordillera en llamas
un restaurado violonchelo acuchillaba al viento
entre las piernas de un enorme álamo incendiado.

No encontré las huellas que dejó el unicornio del bosque.
Eras acaso tú? Amor   dejando
inolvidables pisadas de gacela
besos calientes con olor a durazno maduro
jugo de sol chorreando sobre las piedras blancas
en el río helado.
Desperté perdida.
Estaba sola entre la erguida pared de hielo
sitiada en la roca transparente de un coloso
que susurraba en el promontorio de piedra
una palabra     celos   celos 
celos del candor con que amé. De mi inocente mirada
en los ojos infinitos de la nada.
Dónde quedó la promesa?
Sigo perdida.


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