Con penosa
obviedad he perdido los destellos de tus ojos
Compartí la
neblina que atraviesa tu cuerpo con la luna.
Amasé,
entonces, la pared del silencio
Tus latidos
abiertos al color azul grana del alma.
Atropellan los
brazos de mi cuerpo inerte. Vida.
Cálmala con
cantigas antiguas
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