No, sola
no.
No sola.
Deslizándose
en el cauce del lago un puñado de nubes
que
reflejan la vida.
Y las aves,
los juncos y el rumor de las aguas.
El susurro
del viento entre las breñas. Hay flores.
Amarillas,
azules y de un rosa nacarado que brilla.
Me
transporto en el agua que parece abrazarme.
Sola no, no
estoy sola.
Me acompaña
una sombra. Un recuerdo.
Un silbido
aflautado de un pájaro blanco.
El gemido
de una rama que cae en el agua.
Los
reflejos del sol que perece en la tarde.
No, sola no.
No estoy
sola.
Me hace
retozar la vida.
¡Gracias a
Marjory Stonerman Douglas por defender los Everglades de La Florida !
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