Vengo
de los colores urbanos trasegando mi lengua con rumores viejos
Vengo
caminando por la melodía de un violín desafinado
Vengo
tras los arcos azules las ojeras mis tardes de espera en la ventana
Vengo
de los espacios dormidos de la calle
Vengo de las piedras murmuran su estrategia
de vida
Y se van apagando los fulgores en
un charco de sombra de azucenas negras
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