lunes, 28 de marzo de 2022

FEA...MUY FEA Y CON ALAS DE ÁNGEL Y ESTRELLA


            La casa enorme, el jardín cultivado con exquisita delicadeza señorial de una familia muy común...en nuestros tiempos y el misterio de su historia fantástica.

            - Ay, Mirta, esta casa tiene mucho trabajo. ¿Está segura de querer quedarse con nosotros? Acá está su habitación, su baño; su intimidad será respetada. Le explico: temprano, alrededor de las siete de la mañana debe subirle el desayuno a las niñas. Marimar, tiene trece años, ella en su cuarto de color celeste, se pasa casi todo el tiempo libre estudiando, es la abanderada de su escuela. Serena, tiene once y su habitación es toda color rosa pálido, porque vive pensando en ser madre...Y Delicia...¡ Delicia es una nena...Le parecerá extraña, tiene nueve años ! A veces cuando es la hora de despertarla, ella ya está sentada mirando por el ventanal al jardín. No escuche ni ponga atención, a sus historias fantásticas y fabulosas. Vive en un mundo de ensueños.  Su habitación es blanca. Lo eligió así. ¡Ah, no quiere que le toquen su cubrecama antiguo de encaje blanco! Suele usarlo de capa o se cubre con él como una crisálida, no se lo toque por favor! Bueno Mirta...comience por...

            - Mami ¿por qué soy tan fea?- dice sonriente Delicia - Anoche viajé por el bosque de cedros del Líbano... ¿vieras cuántos pájaros me acompañaron en mi vuelo...? Mami es hermoso...cálido y seco con una suave brisa que viene del desierto...un bosque bello, muy bello.

            - Nena. ¡Nena! Correte. No eres fea, para mí eres hermosa. Sal que tengo que ordenar la alacena. ¡Ah y no digas esas cosas, cualquiera que te escuche, creerá que estás loca y mentirosa! Ayudame que tengo que limpiar.

            - ¿Mami las estrellas suspiran?...

            - ¡Cómo van a suspirar las estrellas! ¡Ay...ay, qué pavadas que inventas!

            - Anoche vi un mundo de cometas...era el suspiro de una estrella...y...

            - Callate y toma esta franela y el plumero...ayúdame.

            - Mami...¿¿¿ay mamita si supieras???

            - ¡Delicia deja de soñar y ayudame!

            La casa continúa como un engranaje micrométrico de plata bruñida, como un puzle perfecto de miles de piezas. Nada permite creer, ni sugiere que un hecho insólito se gesta en su interior. Una sensacional metamorfosis.

            - Mirta llame rápido a Delicia, pues no bebió su desayuno. ¡Está tan delgadita y frágil!

            - No se preocupe señora, esta mañana cuando baldeaba la balaustrada de la terraza,

la vi volar, de flor en flor en el jazminero, se alimentaba de néctar y rocío !

            - ¿Cómo...¡cómo no me avisó ! ?- dijo alterada la madre de la niña.

            - ¡Cómo usted dijo que no opinara si observaba algo extraño de la pequeña, y que ella era algo rara...! Yo creí que no tenía ninguna importancia y debía callar.

            - ¡Dios mío, corra a ver qué está haciendo?- mientras sigo limpiando estas bandejas...  ¡Delicia, esta niña me hará morir de un disgusto!

            - Señora, la niña, está mirando por la ventana quieta, muy quieta - piensa en Delicia colgada de las cortinas sobre la ventana. Yo creo firmemente...que está trastornada, loca, loquísima. ¡Pobrecita!

             Ha pasado casi todo el día y su padre, el doctor Benito, regresando de su tarea habitual, ingresa en su mundo mágico. Observa consternado a Delicia, su dulce niña. Es realmente menuda, de ojos enormes y de larguísimo cabello castaño oscuro. Los ojos pardos rodeados de ojeras profundas dan la sensación, por grandes y brillantes, que son de cristal de cuarzo o porcelana. Siempre poblados de tristeza provocadas por las largas noches de embeleso...quimeras...sueños. Tiene manos largas y finas como pétalos de lirios azulados. ¡El padre observa y teme porque esa hija...que es una delicia, se va desdibujando, se diluye lentamente! - piensa en ella. Delicia - genio, Delicia - ángel, Delicia sólo alma.

 ¿Qué van a hacer?- se pregunta en silencio, con la mirada inquieta y perdida en los ojos de su hija pequeñita.

            -Ahora Delicia vuela cada vez más seguido, danza con sus zapatillas de punta y su traje de gasa blanca (regalo de su abuela), por las cornisas y los tejados de la casa. Delicia ya come sólo pétalos de flores, bebe sólo rocío y sueña...Todo el tiempo sueña...ya ni siquiera va a la escuela. Los médicos no le encuentran enfermedad alguna. Su padre trabaja como siempre, sus hermanas estudian como antes, su madre limpia y no tiene tiempo de mirar a su Delicia. Afuera en el jardín ha ingresado una constelación de pájaros exóticos, mariposas gigantes y luciérnagas brillantes que van invadiendo el rosedal. Nuevos helechos, fantásticas enredaderas con flores perfumadas, orquídeas preciosas que van apretándose en los troncos de los árboles y floreciendo en forma constante...no tiene tiempo de mirarlas. ¡Pobre madre! No ve a Delicia que va tornándose en un ser fantástico...casi transparente...un hálito.

            - Pamela ¿dónde están las nenas?- pregunta el padre.

            - Marimar estudia en su escritorio. Serena está con su amiga Dalia tejiendo una colchita, están en la terraza...y Delicia...no sé, hace rato, casi una hora que no la veo.         Nadie ha visto una extraña figura de alabastro sobre la mesilla frente al piano. Nadie advierte lo parecida que es a Delicia...pero...

            - Mami ¿quién compró este regalo?- pregunta sorprendida y curiosa Marimar señalándola.

            - ¡Qué linda papi, parece de cristal o porcelana! - se acercan todos a mirar.

             - Vamos a ver... ¡Qué hermosura, querido! ¿Cuándo la compraste? Es de alabastro... efímero y huidizo como el viento...!

            -¿Mami se parece a Delicia, no lo crees?- dicen las niñas a coro.

            De pronto una ráfaga de aire, entra por el ventanal con una fuerte corriente. Afuera no hay viento está todo quieto, pero los cortinados envuelven la fugaz bailarina de alabastro. La arrastran y cae al piso de mármol, rompiéndose en mil esquirlas...desde su interior emerge una bella mariposa blanquecina con alas de encaje translúcido que luego de revolotear entre los atónitos habitantes de la casa, vuela y se pierde en el jardín en la noche de luna llena.

 

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