Suenan las trompetas y tambores
arde en el desierto un fuego abrasador
cunde en las calles una ola de esperanza
hoy, ha desplazado la vida una fragancia de amor.
Los jóvenes se arriman a los portales con versos y cánticos
las banderas de colores de arco iris se mezclan con pancartas seculares;
llevan en cada mano una flor silvestre arrancada de un jardín inhabitado,
van dejando sus armas sobre la tierra alzando la mirada hacia el sol.
No se escuchan los truenos de armas que herrumbradas mueren
dejadas en los escombros del horror.
No corren por las calles pies desnudos de los niños sin ojos y con piel
quemadas por el fuego que otrora se esparcía
junto a los gritos desgarrados de dolor.
Hoy
leve amanecer de la conciencia
del amor.
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