EL MARTIRIO
La mujer del gaucho...
Ei recebido de oídas de que un tal Fierro ha contao
los padeceres pasaos por tuita la paisanada
qui entre levas y conchavos pasaron mil estropicios.
Y si los machos risienten
no quiero contarle, amigo,
lo que padece el hembraje dende nace, mientras desanda la
vida
qui mesmito es para ellas el camino del infierno.
Cuando ansina abre los ojos, si es fiera como el dimonio
la amansan a rebencazos pa´qui no sueñe ni estorbe,
sólo trabajará a distajo para servir a los hombres
sin pensar en otra cosa, ni mesmo en el matrimonio.
La fealdá es muy fulera pa´ las hembras del obraje.
Y ni le quiero mentar...si es lindaza como rosa
como carancho a su presa revolotea el gauchaje
apenitas va criciendo y mostrando su hermosura
como perros cimarrones dentran a disparar
por el rancho donde habita, como presa pa´cazar.
Tuitos saben si la china se acerca para el poblao
trae siempre algún rigalo de gauchos que la cortejan
¡qui agua florida, una tela o cintas para las trenzas,
qui florcitas, caramelos o pequeñas chucherías
qui brillan en sus ojazos como el sol en el ocaso!
Si de un gaucho si enamora, comienza el padecimiento
se la lleva a la tapera más ligero que los vientos
cada año pare un crío y trabaja como mula,
barre la dura tierra ´el piso, con escoba e pichana,
si pripara el amasijo y no li queda bonito
l´aturden a puro grito y a los golpes di rebenque.
Con arao e palo prepara la tierra de su campito,
siembra papa, maíz, choclito y cosecha la simiente
y va pirdiendo los dientes y todo lo que era e bonita,
las trienzas que eran negrasas se le van poniendo e nieve
y junta arrugas profundas dende la frente a los brazos.
Ansí va pasando el tiempo y esa pobre mujer
resiste y hay qu´i es di ver con que entereza lo sufre
cuando la leva le lleva uno a uno sus hijitos
no pronuncia un solo grito, ni una queja, nada, nada
y se amaña pa`seguir aprietando en sus entrañas
el ricuerdo cariñoso qui le han dijado los hijos.
Ya se olvidó con el tiempo del gaucho que la casó
como presa e la jauría hace tiempo se marchó detrás de la
milicada
y aura vive entre la indiada
escapándole a la ley.
Sola , fiera y arruinada arrastrando su pobreza,
ansí la sigue peliando como si juera tigresa.
Por eso amigazo mío ió , le digo y sin vergüenza
es mejor que a su mujer la cuide como al rocío
como a la flor del cardón que unque criece entre espinas
piermanece todo el tiempo con tuita su galanura
proteja a esa hermosura como qui es gaucho argentino.
Ricuerde que un gaucho entero, hombre de campo bien puesto
no le queda otro palenque que la hembra que ha elegido
y es un primor ver la china en la grupa zarandeada
con sus trenzas enredadas con moneditas de plata
detrás de su hombre bien macho como pavo engalanado
para el veinticinco di mayo, en medio del paisanaje.
EL SOCIOLECTO USADO ES PROPIO DE LA
GENTE DE LA CAMPAÑA , DEL CRIOLLO ARGENTINO.
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