UNA BELLA ANCIANA SIEMPRE SONRIENTE PARTICIPÓ DE UN PEDIDO MÍO. TODA LA BELLEZA DEL TIEMPO EN SU CUERPO Y ROSTRO.
MI HERMOSO CABALLERO SIKH CON QUIEN TUVE UNA FUGAZ MIRADA, ME DEJÓ PENSANDO EN EL DIOS INFINITO QUE NOS UNE A LOS HUMANOS.
LA MEZQUITA ANTIGUA, CUIDADA Y DE COLOR ROSADO COMO TODA LA CIUDAD, SUS PUERTAS ABIERTAS Y SUS ALFOMBRAS IMPECABLES A PESAR QUE MILES CAMINAMOS SOBRE ELLAS. Y EL DIOS QUE ESPERA...
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