Despliegue peregrino de verdes
espalderos
canasto en sauce húmedo en manos de
sus labriegos.
Evoco en tus penumbras la fiesta
del verano
Me intriga el desamor de hombre
ajeno,
el ávido ronroneo de fichas, en el
bolsillo viejo.
La siesta destemplada después de la
cosecha
despierta mi congoja de pueblera
contempla a lo lejos las paredes de
la bodega nueva.
¿Qué tienes en las manos? ¿Qué
buscas en la tierra?
La viña duerme quieta el sueño de
otro tiempo
del verano u otoño que cubra su
belleza.
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