En el ritual clandestino de mi
huída cotidiana
voy dejando huellas en el agua
murmullos en las olas
maremotos
viento de pálido reflejo que
perfilan nostalgia
de tu nombre.
para hoy no hay regreso
ya no queda el fruto de tu boca
sonriendo
esperanzas
A pesar de tu esfuerzo queda un
grito
en silencio
una máscara rota de una arcilla impregnada
del niño que fuiste hasta el
momento del nuevo nacimiento
partido en dos pariendo olvido
estrechando súplica de papel en
blanco
renegando de ancestros innombrables
aligerando conciencias
Me queda aun el látigo de sueños
restalla en mí frenético el golpe
rebelde a este destino
que me deja ingresando sola en el
averno
de una historia de piedra
tomo el martillo y golpeo
fuerte golpeo
detrás el muro está entero
puedo
romperlo
tal vez allí el mar calmo...
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