Nació con la misma suerte de un
relámpago.
Débil estertor del almanaque
produjo un enorme ruido y
su luz irradió lágrimas suspiros. Nadie. N.N. es
sin nombre
sin destino.
¿De qué nube insurrecta nació el
niño que cayó como estrella fugaz
en la oscura soledad de una cuneta?
Luego desterró la indiferencia
almacenó sediento el pecho ajeno
que manó dulces besos blancos y calor
para su cuerpo helado.
¿Cómo será el rostro de ese
sangriento túnel hueco que derramó
su vida indiferente?
¿porqué el sonido del corazón que
palpitó en el oscuro sello del vientre
no es hoy el que lo acune
el que cobije su cuerpo pequeñito?
Caparazón de humo llanto fuerte
capaz de anunciar en nombre de la
vida
su existencia el derecho de Ser
su derecho al amor
a la caricia blanda y perfumada
a la leche tibia de su teta
ausente...
Sorprendido
despertó en el helado nido de
plástico y papel de diarios viejos.
Su manito temblando en la boca
inicial de agudo grito
intentando remedar la idea
primitiva
de una madre ausente a su madre esquiva.
Y amaneció
en los brazos del sol caricia tibia
encontrará el amor esperanzado en
otra matriz ansiosa de dar vida.
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