PISÉ TOLTANMENTE
SEGURO SOBRE UNAS PIEDRA CLARA QUE SOBRE SALÍA DE LA TIERRA. YA NO SE PODÍA
VER BIEN PUES EL SOL SE HABÍA OCULTADO TRAS LA MONTAÑA Y UN RUMOR DE RANAS CRECÍA
CON EL CREPÚSCULO. ALCO CRUJIÓ VAJO MI
PIE .LA PIEDRA QUE
PISÉ, ¿SE HABÍA QUEBRADO ? CAYÓ RODANDO POR LA
CUESTA CON MIGO QUE GOLPEABA CACTUS, GARRÍAS Y MOLLES.
CUANDO POR FIN PUDE ASIRME A UN MATORRAL, ME TOME DE UN PALO QUE SOBRE SALÍA. CREÍ QUE POR FIN LA RAÍZ DE
UN PIQUILLÍN, ME INVITABA A SEGUIR HASTA LA PROFUNDA HONDONADA.
ME QUEDÉ TRASTORNADO POR EL DOLOR PUNZANTE DE LAS ESPINAS Y MAGULLA DURAS DE
PIEDRAS AFILADAS QUE REMOVÍAN MI PIEL BAJO LA
ROPA DESTROZADA. QUEDÉ EN SILENCIO UN MOMENTO. HASTA
LAS CHICHARRAS NOCTURNAS QUEDARON EN SILENCIO. ERA SU PROTESTA ALGO ROZÓ MI ESPALDA. SOBRESALTADO ME VOLVÍ. NO
HABÍA NADIE. NADA SE MOVÍA. VOLVÍ SOBRE MI CUERPO PARA SACARME ALGUNAS ESPINAS
QUE COMO AGUIJONES ME DOLÍAN.
A MI LADO
ME MIRABA UNA SONRISA ANTIGUA DESDENTADA. ERA LA CALAVERA QUEBRADA
QUE HABÍA CAÍDO JUNTO A MÍ CUANDO DI EL MAL PASO. TOMÉ PARA MIRAR LA RAÍZ DE LA
QUE ME HABÍA SOSTENIDO Y ERA UN FRÁGIL FÉMUR
SECO Y BLANCO QUE ME DABA UN SALUDO MUDO.
NUEVAMENTE
SENTÍ QUE ALGO O ALGUIEN SE ACERCABA Y SUTILMENTE ME ACARICIABA LA ESPALDA; ME DI VUELTA. NO HABÍA
NADIE ESTABA HISTÉRICO. SUDABA COPIOSA Y RUDO, MI PIEL, EL PELO SE ME HABÍA TRASFORMADO
EN UN PUERCOESPIN SUDOROSO. DE REPENTE UNA LUZ POTENTE ILUMINÓ LA PENUMBRA NOCTURNA.
ALLÍ, ATRÁS DE MI UN HOMBRE DE ESTATURA DESCOMUNAL, CON UNA LARGA CABELLERA CANA E
HIRSUTA, UNA BARBA PILOSA, ME ALUMBRABA CON SU LINTERNA.
SUS OJOS INYECTADOS
EN SANGRE SE PERDÍAN EN UNOS COLGAJOS DE PIEL ARRUGADA EL ALCOHOL HACÍA
ESTRAGOS EN ESA PIEL AMORATADA. MAS QUE HABLAR GRUÑÓ CON SONIDOS GUTURALES UNOS
INSULTOS. NO SE COMO, NI DE DONDE SAQUÉ FUERZAS Y SALÍ CORRIENDO CUENTA ABAJO.
DETRÁS ME SEGUÍAN LOS GRITOS PROPASADOS DEL VAGABUNDO QUE ME TIRÓ POR LA
CABEZA LA
CALAVERA Y LOS HUESOS. CAYERON EN UNA LLUVIA INTERRUMPIDA SOBRE MI CUARPO
MAGULLADO.
CON MI JUVENTUD
PENSÉ QUE NUNCA MÁS IBA A VIVIR UNA AVENTURA ESCALANDO SIN AYUDA Y COMPAÑÍA.
AHORA A LOS CUARENTA Y CUATRO AÑOS DE PROFESIÓN COMO
ANTROPÓLOGO, ESTUDIO EN ESE VIEJO CEMENTERIO INDÍGENA Y SE QUE CUANDO SIENTA LA NECESIDAD DE
SABER SOMBRE ESTO QUE BRILLA EN MI MANO; ES SÓLO UN CRÁNEO INDÍGENA QUE BRILLA CON LUZ
DEL SOL.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario