Mezcla de piedras y
misterios que esconden su magia milenaria.
Ancestro de imágenes de
cielo, tormentas y nieves invernales.
Aquí duermen los pájaros
sus sueños de libertad y gloria.
Aquí surge el sonido de
los árboles como oropeles de plata y oro.
Aquí se necesita cerrar
los ojos y abrir el alma de la vida.
Y se mezclan los clamores
milenarios de las borrascas y sus soles.
Los que son y los que
fueron van quedando plasmados en las piedras.
No hay nostalgias por los
verdes y perfumes, el polvo envuelve.
La centenaria
transformación del agua que discurre en chorrillos.
El grito o el vuelo del
ave solitaria que recorre el aire en las altura.
Me detengo. Me
escandalizo por la fiebre del zorzal y el picaflor
que vuelve sobre las
flores silvestres y los frutos salvajes que maduran,
Los cotoniaster proveen
de frutos rojos con su sangre agreste. Las aves
que regresan a sus nidos
y la llave de ramas rotas en la tierra reseca.
Mi montaña despliega su
magia, sus duendes y sus cruces en vigilia.
Y yo sueño con develar
las profecías de la tierra y de las rocas.
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