lunes, 16 de agosto de 2021

MI PRINCESA

 

Risueña sentiré una marejada de sonrisas con aire de ángeles de miel en tu ventana.

 

              Emily entró como un remolino multicolor por la puerta de la sala. Su risa golpeaba cada rincón de la casa. Su vestido de algodón verde claro era una brisa fresca en esa hora en la cual el cielo se emponchaba con morados vertiginosos y rosadas. El sol había cargado de humedad e insectos la zona del jardín. Unos rayos intrusos se colaban entre los árboles de la calle.

              De la sonrisa pasó rápido a un silencio oscuro. No sabía que Rocío había sufrido un asalto en el negocio de su padre. Un par de matones habían ingresado con armas y tomándola por el cuello, le habían intentado sacar la blusa. Sus gritos despertaron la curiosidad de sus vecinos y pronto aparecieron los guardias de seguridad. Ella quedó golpada y llorando en el piso del pasillo y sin sus brazaletes y reloj.

              Los ladronzuelos habían escaparon corriendo y lograron evitar ser detenidos. Un patrullero, la había traído a casa y fue un revuelo general en la familia y el vecindario. ¡Un milagro evitó algo peor!

             

 

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