lunes, 20 de septiembre de 2021

GITANO

 

Por el camino polvoriento el viejo carromato arrastraba una historia de violines y desprecios; las sartenes brillaban al costado con el ritmo feliz de la vida. Sentado en el pescante se bamboleaba el obeso gitano, mientras silbaba una melodía contagiosa y alegre.

         Vendedor de sueños y mentiras blancas traía con él un inmenso tesoro de historias de caminos y aldeas. Esas lejanas comarcas atravesadas de magia y belleza, le iban agregando fábulas inquietantes y fantásticas a sus relatos. También vendía un sin fin de objetos. Ropa, guitarras, violines, ollas y marmitas, joyas artificiales que daban ilusión a un sin fin de mujeres simples de los pequeños pueblos y remedios que fabricaba con hierbas y raíces.

Escondía su historia de huída de una tierra hostil y recuerdos amargos. Pero el sonido de su potente voz y las suaves melodías de su violín atraían  a los poblanos hacia su carromato. Allí se encontraban con mil atracciones para comprar, o vender aquellas que a los ojos del Gitano valía la pena obtener. Siempre podía usarse el trueque si lo beneficiaba.

         Al trashumante lo movía también un sueño. Debía encontrar a su hija que se había perdido en la guerra. 


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