lunes, 11 de junio de 2018

UNA RUPTURA A CAUSA DEL FÚTBOL


¡Odio el fútbol! Pienso que por culpa de ese juego, los jóvenes de hoy se embrutecen. Cuando digo eso me quieren linchar. Lo entiendo. Se mueve tanto dinero alrededor de ese deporte.
Justo ahora que va a haber un Mundial, prendes la tele y ¡qué hay?: fútbol, los anuncios comerciales se la rebuscan y te meten el balón hasta para vender una galletita, los modistas del mundo crean ropa inspirados en el fútbol. Hay cocineros que preparan platos con color, forma y sabor a pelota de… fútbol. Ni te digo, Martina, que hasta he visto que los mejores grupos musicales se hacen matar para crear una pieza que represente a… los equipos de las ligas de cada país. Gente que se queja que no tiene ni un peso en el bolsillo, anda buscando dinero de países del continente europeo como rublos, euros, dólares, yenes y qué se yo qué, para poder ir a ver el…fútbol.
Nadie habla de otra cosa que de lo caro que salen los pasajes para el mundial, de qué van a comer, cómo será el clima en el fin del mundo donde se juegan los partidos y bueno… ni hablar de la venta infernal de banderas, camisetas y gorros con los colores de los países que participan.
¡Pienso, ¿están todos tan locos o idiotas que no piensan en trabajar, estudiar o disfrutar de otra cosa?; pero no, veo que el raro soy yo?! En la oficina me miran rarísimo. Creen que soy homo fóbico y en realidad soy “futbol fóbico”. Soy el “Rara Avis” de los mediocres que no aman el deporte popular. El resto son los normales. Hacen apuestas, se pelean, discuten, se creen que van a cambiar el mundo con el balón.
Yo les digo: “¿Che, cuando todo esto pase, se termina el hambre en el mundo, en África tendrán más agua en los pueblos alejados, lloverá en el Sahara cada diez minutos, no se quemarán más los bosques, se terminará el recalentamiento mundial? Y a que no sabés, me han llegado a tirar con una carpeta y no te puedo pronunciar las palabrotas que recibo. Me ha dicho sádico, estúpido y bueno de todo lo imaginable.
¡No, no me digás que te gusta el fútbol, que te vas al mundial! Perdóname  Martina pero acá termina lo nuestro, yo no me pienso casar con una mujer que deja su facultad para ver un mundial de fútbol… porque el día que tengas un hijo, capaz que se muere porque vos está pegada al partido entre “Las Toninas y Palmera Azul” de la concha de la lora. ¡Salí! Me ofende tanta estupidez. Pásame ese libro que me voy a poner a ver dónde carajo es este nuevo mundial.


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