viernes, 27 de septiembre de 2019

TANGUERO




Como hombre ató las burbujas de nieve
para amarrarla con lianas de rosas a su amor.
Dijo el poeta, en la sonata nocturna de aquel tango.
Pero llegó la noche y los envolvió el ensueño
Dio media vuelta, él, y las piernas, atraparon la luz
Bailaron la milonga con trazas de malevos.
Ella apenas movía sus lujosas caderas
El tocaba la espalda con magia de poseso.
Los violines lloraban su sueño de bohemia
El acordeón gemía su tristeza de piedra.
La soledad cantaba junto a la mujer morena
Y entre las manos mustias un cigarrillo murió.


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