Inesperadamente allí estaba
Con el alma asombrada y expectante
Alfarero de piedra, el alcázar se eleva sobre tapiz de hierbas
Es verde, tan verde todo lo que lo rodea
Que se pierde a lo lejos la mirada asombrada.
Me detuve a mirar como duende dormido
La magia recogía estrellas o un sol de plata perdido
¡Tantas veces hojeado, tantas veces soñado!
Las piedras en caracol se extienden sobre la alfombra de grava.
Como reloj de arena, sombrilla de roca viva
Stonehenge abraza con su misterio antiguo
¿Quién elevó el ara y quien construyó tu ruedo?
¿Dónde habitan los dioses de tu interior de sombras?
Acaso los fantasmas danzan cuando oscurece y se alumbran
sin antorchas, con fogatas de silencio y rumores de pisadas.
Inesperadamente en medio de una ciudad
bulliciosa, moderna y formal, pude ver sus largas piedras
con techumbre y redondeces de matriarca fenomenal.
Tal vez de ser tan antigua nadie se puede explicar
si hubo ángeles alados que construyeron un altar.
Los dioses que se durmieron, tal vez vuelvan a despertar.
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