Late un ala angelical en la penumbra.
Late una mariposa entre las gotas de rocío.
Late una vena ardorosa del rostro marmóreo de la luna.
Late el miedo en la palma y los dedos azules de la noche.
Late nuestro miedo en el muro quebrado del solsticio.
Late el tú y el yo, en la tarde que se apoya en una sábana.
Una mancha de vino, late en la piel del almanaque.
Late el tiempo vivido.
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