Cálida
mi piel
serpentea el recuerdo de tu cuerpo joven
fue cuando el
regocijo conspiraba
con el reloj en
cada campanada
con cada corcho
que saltaba buscando la sonrisa
disparate de
cada veinticinco
en la alcoba de
serpentina multicolor
en cada
cumpleaños
en cada noche en
que se abrió la boca de mis sueños
entonces,
caminaba entre nubes agridulces
entre la gasa
azulada imaginando el mañana
brazos que
abrazarían mi cintura de tijera
mis muslos
suaves
mi cabello largo camino de oscura seda
que se perdió en
las noches solitarias
sobre la
alfombra roja
del silencio.
Siento una enorme pena.
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