Vendimiando
cambiamos
con vino nuevo
que dejaron caer los dioses
sobre la arena
incierta de los recuerdos
una vez más quedó todo acallado
en silencio
en búsqueda
permanente de ternura
con brazada de
mieses
de planetas
habitados por seres intangibles
esos mágicos personajes de la tierra
bendecida por la añoranza de los vinos
que se van terminando en la bodega.
el canasto lleno y la tijera para corta las uvas milagreras.
tu y yo allí en la espera del milagro.
¿Será que
nuestra materia sigue siendo la materia de los sueños?
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