miércoles, 11 de julio de 2018

UN POEMA A LA MUERTE




Una campana llora con pétalos de lirios
El compás de repique es el sueño de duendes
En el verde vuelo de aves migratorias que palidecen al sol
A lo lejos, una nave con las velas desplegadas al viento
Eclipsan el movimiento de un hombre que se debate en las olas
En las breves campanadas del murmullo del viento
Llegan como gaviotas los adioses sombríos.
Suaves caracolas adelantan el brillo de un adiós en las palmas
El hombre se destrata entre el mar bravío que lo hunde
El silencio se inicia con su viaje al olvido.
Queda flotando como lastre de azogue un puñado de lirios

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