martes, 24 de julio de 2018

UNA CIUDAD DE MIEDO Y DE MENTIRAS.




Camino y caminé por tus calles bulliciosas
buscando una verdad...escondida,
una verdad que cada hombre encubría
entre palabras retóricas y aviesas.
¡ Cuán cruel pueden ser, amigos, qué malignos!
Escuché palabras...palabrejas...palabritas...palabrotas...
Todos mentían. Inventaban historias y hasta dioses,
 que con la más leve brisa se caían.
Escuché hablar de héroes, semidioses,
ángeles de oratoria turbadora, gentiles caballeros que aturdían.
Nada encontré en verdad en muchedumbres...
sólo...impostores, sicarios y sibilas.
Unos pregonadores de proezas,
 heroicas necedades y vilezas.
En estas calles llenas de hermosura
 se esconde la mentira
también la hipocrecía y la flaqueza.
No soy yo la voz de la cordura,
ni soy quien pueda enseñar justicia ni indulgencia...
tan sólo busco con fiereza...una verdad que grite en el tumulto
una voz que retumbe entre los sordos,
 palabras grandes...pero que sean de verdad...
palabras que nos llenen de consuelo...
nos hablen con certeza... y sean buenas.
Tan sólo espero ahora la justicia...claridad y amor
entre la gente de mi pueblo.
¡Qué esta ciudad de miedo y de mentiras...
sea un faro de luz en la noche de descuido
en la noche de injusticia, desdichas y miserias...!


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