miércoles, 2 de febrero de 2022

SABÍAMOS

 


Sabíamos los dos

qué pasaba junto a nuestra casa

los sueños huyendo sin destino

y nuestras manos  despertaron ocupadas de soledad

sin guijarros de turquesa  o malaquita.

 

Sabíamos que las violetas estaban mustias.

 

Su perfume era la huella del pálido amor que nos ataba

en racimos de uvas frescas.

 

El vino cae en los toneles con perfume todavía.

Tú, aún lo sabes. Bebo vino tinto en copa de plata

sobre tu pecho pálido      cada mañana

gota a gota, en cada lágrima de besos.

 

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