lunes, 18 de julio de 2022

DE ANÉCDOTA DE VIAJES

 

EMBARCANDO POR LÍNEA AÉREA ISRAELÍ

 

Luego de una fenomenal revisión de nuestro ingreso a Israel, subimos en un enorme avión. Repleto de peregrinos que íbamos en busca de un encuentro espiritual a Tierra Santa. En la zona de aduana, hubo un verdadero choque entre turistas y habitantes israelíes que pretendían adelantarse en las largas y minuciosas colas. Arrogantes unos y otros, terminaron encerrados en un habitáculo desde donde militares y aduaneros, controlaban el desvarío. Pasamos sin problemas. Nosotros, los veinte que estábamos en la fila, no intentábamos sobrepasar  y eso nos ayudó.

Subimos a una moderna nave y allá comenzamos un inimaginable encuentro con el pasado.

Nos esperaba un Santo y Sabio Franciscano que nos guiara con seriedad, conocimiento y amor, por los lugares por los que caminaron judíos y romanos, árabes y griegos, pueblos que narra la Biblia y que después de ir y venir por ese territorio me dejara pensando… ¡Cuánto caminaba la gente en la antigüedad! Jesús y sus seguidores, fueron campeones de las caminatas. Cada pueblo, cada ciudad, cada sitio queda lejos y el camino, hoy con hermosas carreteras; fueron pasos entre piedras y arenas, entre matas con espinas punzantes y pocos árboles o palmeras. ¡El calor al medio día no bajaba de treinta y cinco grados y en la noche refrescaba a veinte o más!

Para una persona de mi edad, encontrase con esos lugares sagrados, ha sido una experiencia maravillosa. Nunca imaginé que pasaría por el río Jordán, me volvería a bautizar y al recoger un poco de agua, que se veía algo opaca con arena o tierra, se aclaró tanto que es de un brillo cristalino ahora.

Cada encuentro de los israelíes bajo sus tierras es una fiesta. Los arqueólogos e historiadores, trabajan a destajo. Ruinas romanas, de la época de los patriarcas, de la de Jesús, de los Otomanos, de las cruzadas, de los sirios… en fin hay atractivos para todos los gustos. Religiosos, modernos, guerreros y de historia del pueblo Judía y sus padecimientos. El Holocausto los ha hecho estudiar mucho y crecer como país y en ciencia, son insuperables.

Igual caminamos por rincones que son joyas de la antigüedad y de belleza, hay flores en medio de verdaderos desiertos y piedras.

¡Un lujo extra fue poder entrar en sitios que están reservados a los “protectores, cuidadores y estudiosos Franciscanos que están en guarda de loa lugares Santos!

Hubo momentos de recogimiento y de algarabía, chistes y bromas, lágrimas de emoción y silencios profundos. Salimos de Israel, con el corazón lleno de Esperanza.

 

 

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