viernes, 8 de julio de 2022

LA FLORISTA


 

                     La Fidela Quispe tiene un puesto de flores junto al monumento de Fray Luis Beltrán. El Tajamar está siempre lleno de agua color café con leche y ella se agacha para rociar las flores con el agua musical. Con su pollera multicolor desparrama alegría. Junto a su puesto de flores hay uno, de un tal “Mismicho Cosque”. El hombre es silencioso y de muy mal carácter. Siempre pelea por todo y en especial desprecia a las mujeres. La Fidela ni le habla y eso lo saca de quicio. Su kiosco está siempre lleno de clientas que compran en el mercado “La Pirámide” y lleva buen dinero a su casa. Una tarde de zonda, la Fidela por sacarle las espinas a unas rosas se provoca un tremendo corte en la mano derecha. Cuando va a meter la herida en la acequia para lavarse la sangre, el hombre se arrodilla y con fiereza lo impide. La mujer asombrada no sabe qué decirle. Él, corre a su chata y la empuja para que suba. La lleva al hospital donde le ponen varios puntos. Ahora el puesto de flores es el doble y luce en su espalda, la Fidela, un niño igualito al Mismicho Cosque.      

 

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