viernes, 22 de julio de 2022

RECORDANDO EL VIAJE

 

BOSNIA-HERZEGOVINA, ANTIGUA YUGOSLAVIA.

 

¡Parece mentira que a pocos kilómetros de nuestra ruta, hace pocos años hubo una cruel guerra! Es primavera y todo está lleno de flores: lavandas, rosas, orquídeas, buganvillas, lirios, gladiolos… y larga es la lista de jardines y casitas impecables rodeadas de color y luz. Cuando me dieron la noticia que recalaríamos en Bosnia-Herzegovina… me preguntaba: ¿Dónde queda ese país? Investigué con cierta vergüenza no conocer su lugar en el mapa. Era uno de los países que formaban Yugoslavia. Con la caída del Muro de Berlín, se fueron independizando y formaron varios territorios independientes. 

Hoy es un lugar hermoso. Una región es musulmana y tiene una bandera violeta con un triángulo amarillo y varias estrellas de ese color y el del otro se parece más a la bandera de Croacia.

Nos llevaron en un autobús por campiñas y cerros, pasando por pueblitos pequeños con sus tierras trabajadas con trigo, alfalfa, cebada y variedad de frutales y olivos. ¡Ah, hay infinidad de olivos! Las higueras surgen como pequeños arbustos por doquier.

Entramos a Medugorje*, un mínimo poblado donde ha visitado la Madre de Jesús a seis chicos en la década de los 80. hoy son adultos felices y transmiten una paz y amor increíbles.

El pueblo está rodeado de cerros con millones de piedras, escarpado subir a pié. Los peregrinos, caminan entre los peñascos para llegar a una figura bellísima de María de la Paz. Entre los vaivenes de caminar, ya que son pocos los vehículos que transitan el centro, se puede acceder a unas Cruces azules, que llevan un cartel anunciando que allí se había presentado la Señora a los chicos en épocas en que los perseguían como a “niños mentirosos” y que sufrieron estudios médicos y hasta cárcel.

El centro es pequeño, y hay un templo que fue levantado bajo el gobierno de un tal “Tito” al que casi no nombran. Por todas las calles tropezaba con jóvenes, niños y niñas, adultos y ancianos y caminaban todos rezando el “rosario” mientras van de compras o a visitar  a un pariente o amigo.

Un día comenzó a llegar gente. Venían de todos los países imaginables. América de Sur, del Norte, de Europa, África y Asia. Todos con un propósito conocer a la que en croata llaman “La Gospa” o María de la Paz. Calculo que el día veinticinco de junio, habías entre ciento ochenta mil a doscientas mil personas. Flameaban banderas de los países del mundo. Y Todos oraban.

 Me llené de ternura cuando vi a familias de Ucrania, que se abrazaban y lloraban; eran refugiados de la guerra.

¡Nunca caminé tanto con tanta alegría! Rebozaba de flores blancas. Celestes y lila. Yo amo las orquídeas y las compraban y llenaban el altar a los pies de la Señora con ellas.

Un día nos llevaron a conocer un castillo… no es antiguo. Un hombre de Canadá vendió todas las empresas que tenía y compró un terreno entre las piedras, lo limpiaron y ha levantado un castillo para albergar a gente que no puede pagar un hotel: sacerdotes, religiosas, peregrinos y ahora a los que huyen de la guerra o del hambre. ¡Un mecenas en épocas donde cada uno quiere tener y tener más dinero y fama! Escucharlo hablar es como escuchar en el Ágora a un filósofo moderno, muy concentrado en Amar a su prójimo. ¿Será en verdad un sabio? Todos lo conocen en el pequeño pueblo y, a toda la gente ayuda. Parece una película de ciencia ficción. 

Las calles llenas de lavandas que florecían en esa época del año, llenaban de perfume el ambiente y estaban llenas de abejas que merodeaban polemizando. Tema tan de moda. ¡Hay que salvar a las abejas!

Realmente fue una experiencia maravillosa. No vi en nadie oportunismo, ni violencia ni competencia. ¡Un mundo ideal! En verdad no me daba ganas de regresar a mi patria, hoy tan revuelta y desmañada.

Hermosa “Gospa” te tengo en mi corazón y quisiera que todos en este mundo, te conozca. Humilde, sencillo y plácido Medugorje, nunca cambies.

* Medugorje la ortografía de este lugar está castellanizada. Es idioma Croata. Y no tengo cómo escribirlo bien.

 

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