BOSNIA-HERZEGOVINA, ANTIGUA YUGOSLAVIA.
¡Parece mentira que a pocos kilómetros de nuestra ruta, hace pocos años
hubo una cruel guerra! Es primavera y todo está lleno de flores: lavandas,
rosas, orquídeas, buganvillas, lirios, gladiolos… y larga es la lista de
jardines y casitas impecables rodeadas de color y luz. Cuando me dieron la
noticia que recalaríamos en Bosnia-Herzegovina… me preguntaba: ¿Dónde queda ese
país? Investigué con cierta vergüenza no conocer su lugar en el mapa. Era uno
de los países que formaban Yugoslavia. Con la caída del Muro de Berlín, se
fueron independizando y formaron varios territorios independientes.
Hoy es un lugar hermoso. Una región es musulmana y tiene una bandera
violeta con un triángulo amarillo y varias estrellas de ese color y el del otro
se parece más a la bandera de Croacia.
Nos llevaron en un autobús por campiñas y cerros, pasando por pueblitos
pequeños con sus tierras trabajadas con trigo, alfalfa, cebada y variedad de
frutales y olivos. ¡Ah, hay infinidad de olivos! Las higueras surgen como
pequeños arbustos por doquier.
Entramos a Medugorje*, un mínimo poblado donde ha visitado
El pueblo está rodeado de cerros con millones de piedras, escarpado
subir a pié. Los peregrinos, caminan entre los peñascos para llegar a una
figura bellísima de María de
El centro es pequeño, y hay un templo que fue levantado bajo el gobierno
de un tal “Tito” al que casi no nombran. Por todas las calles tropezaba con
jóvenes, niños y niñas, adultos y ancianos y caminaban todos rezando el
“rosario” mientras van de compras o a visitar
a un pariente o amigo.
Un día comenzó a llegar gente. Venían de todos los países imaginables.
América de Sur, del Norte, de Europa, África y Asia. Todos con un propósito
conocer a la que en croata llaman “
Me llené de ternura cuando vi a
familias de Ucrania, que se abrazaban y lloraban; eran refugiados de la guerra.
¡Nunca caminé tanto con tanta alegría! Rebozaba de flores blancas.
Celestes y lila. Yo amo las orquídeas y las compraban y llenaban el altar a los
pies de
Un día nos llevaron a conocer un castillo… no es antiguo. Un hombre de
Canadá vendió todas las empresas que tenía y compró un terreno entre las
piedras, lo limpiaron y ha levantado un castillo para albergar a gente que no
puede pagar un hotel: sacerdotes, religiosas, peregrinos y ahora a los que
huyen de la guerra o del hambre. ¡Un mecenas en épocas donde cada uno quiere
tener y tener más dinero y fama! Escucharlo hablar es como escuchar en el Ágora
a un filósofo moderno, muy concentrado en Amar a su prójimo. ¿Será en verdad un
sabio? Todos lo conocen en el pequeño pueblo y, a toda la gente ayuda. Parece
una película de ciencia ficción.
Las calles llenas de lavandas que florecían en esa época del año,
llenaban de perfume el ambiente y estaban llenas de abejas que merodeaban
polemizando. Tema tan de moda. ¡Hay que salvar a las abejas!
Realmente fue una experiencia maravillosa. No vi en nadie oportunismo,
ni violencia ni competencia. ¡Un mundo ideal! En verdad no me daba ganas de
regresar a mi patria, hoy tan revuelta y desmañada.
Hermosa “Gospa” te tengo en mi corazón y quisiera que todos en este
mundo, te conozca. Humilde, sencillo y plácido Medugorje, nunca cambies.
* Medugorje la ortografía de este lugar está castellanizada. Es idioma
Croata. Y no tengo cómo escribirlo bien.
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