Ha llegado marzo, aún no se terminan los días de lluvia que refrescan la ciudad y que hacen tanto daño a los frutales y a la vid.
Cada vez que el contratista atisba el cielo y ve nacer una nube gris plomizo, comienzan los preparativos ancestrales para "curar" la tormenta...¡"Viene el granizo"! y el murmullo crece con sordo temor contagioso. Allá van algunos jornaleros con la pala o la azada llena de cenizas para exorcizar a la "enemiga" entre los surcos de los parrales hinchados de zumo en granos que revientan de vendimia.
En la ciudad comienza el trajinar de la gente: oficinas, escuelas, tiendas y fábricas se encuentran en un creciente empuje para la producción y la construcción de un país grande y próspero.
Las acequias cantan sus murmullos de aguas refrescantes y vivificadoras. Jóvenes
mozas engalanadas de
"Fiesta y Carrusel", comienza a inquietar las noches de guitarra y
canto de tonadas en " Vendimia ". Todo es fiesta. Una antigua y
renovada " Virgen de
Llega la gran fiesta en noche de Reinas; resuenan como rugidos atronadores las voces de los
músicos y bailan los altos chorros de agua de colores acompasadamente junto a
un puñado de danzarines y artistas. Ya comienza la esperada elección entre los
gritos del público que alienta a las favoritas. Unas preciosas muchachas
esperan anhelantes el voto final que llega con estrepitosos fuegos de artifio.
Tenemos Reina de
a un departamento que orgulloso mostrará sus logros en esa joven mujer, su reina.
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