El corazón se derrama como cera de cirios.
El agua de la frente cae en cascada,
se desparrama entre grietas de amatista.
Une voces de cobre y láminas de vidrio con un coro
de pura sonoridad de escamas.
Mueven el viento.
Péndulos de lino al aire,
sonata de fagot y flauta.
El corazón se derrama sobre el mantel de lirios,
sobre la calle empapada. Llueve.
Piedras que brillan bajo los pies dormidos de la noche.
Un farol de fuego que invita a colgar las hojas de un cordel.
Un parral sediento que suspira.
Un fuelle viejo entona un tango triste.
Uvas húmedas y tibias rememoran su tiempo de vino.
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