Homenaje
a Jorge Luis Borges.
Dos
reyes, dos laberintos.
El
Alef.
Yo
sabía que este iba a ser mi destino.El destino de los hombres de la
tierra árida y desértica de la
Payunia .Le cuento sin miedo ni remordimiento. Todo comenzó
por allí cuando comenzaron a secarse los pozos
y las aguadas en el campo. Los crianceros principiaron a despachar pal
poblado a sus mujeres, hijos y a
malvender las majaditas flacas y deformes por la sed .Yo me negaba a aceptar el
destino y seguí peleando hasta que un día en lugar de agua saqué arena finita
del pozo . Me largué de allí con un sol
ardiente como el diablo y llegué a la
huella donde pasaba el camión que lleva agua para la mina de los
gringos. Ellos me levantaron a los días
y me llevaron hasta el lugar donde se puede ir al pueblo y un hombre que iba en
el camión me dió un papelito y me dijo que si me acercaba al lugar que me decía
el papel seguro tenía mis problemas
arreglados .Yo fui y un hombre me subió a un auto que parecía un pájaro
por grande y rápido me llevó a la ciudad y ahí sí que me empezaron las penas.
Había gente por todos lados y gritaban y en todos los lugares había luces de colores y más ruido y después me
dejó solo en un galpón enorme, donde habían apilado unos colchones y me mostró
un cuartito donde había un asiento
blanco y me dijo ...el baño y yo nunca vi algo igual y no sabía usarlo. Después
puso un aparato en el piso y me dijo que
si alguien lo llamaba anotara el nombre y todo lo demás yo no le pude decir que
no sabía leer y nunca ei escribido en mi vida .Se fue y me dejó solo y el
aparato chillaba y yo ni sabía que hacer.Tenía hambre, tanta, que caminé por
todo el galpón y no encontré nada y me dormí así sobre el colchón y cuando llegó de mañana ese hombre se reía
,reía de lo que yo le decía . Yo no me enojé tanto esa vez pero después pasaron
muchas cosas y ahí empezó la rabia vieja rabia que ladraba como un perro
rabioso.
Y lo convidé
al campo un día que me dijo...che Negro
...él le decía así a todos en el galpón, llovió una semana seguida en San José
deben haberte crecido hasta helechos y yo sentí acá como un odio grande que
crecía y entonces le dije que si era macho se viniera a cazar el lión conmigo
allá y me dijo sí de puro osado. Y nos fuimos en un auto del que tenía todos
los aparatos que según él lo festejaban
y le mostré el desierto donde viven los pumas y los perros salvajes y le
gustó y quiso quedarse y yo lo dejé. Cada hombre tiene derecho a elegir como
distraerse. Allá se quedó y el agua que vino se fue y ya no sé.
Por
eso estoy acá, en este lugar algunos dicen que yo lo dejé a propósito que debí quedarme con él ¿Usted Don qué
cree?.
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