viernes, 28 de junio de 2024

Un nuevo rey, un nuevo laberinto.

 


                                              

                                                                       Homenaje a Jorge Luis Borges.

                                                                                  Dos reyes, dos laberintos.

                                                                                                          El Alef.

                        Yo sabía que este iba a ser  mi  destino.El destino de los hombres de la tierra árida y desértica de la Payunia .Le cuento sin miedo ni remordimiento. Todo comenzó por allí cuando comenzaron a secarse los pozos  y las aguadas en el campo. Los crianceros principiaron a despachar pal poblado a sus mujeres,  hijos y a malvender las majaditas flacas y deformes por la sed .Yo me negaba a aceptar el destino y seguí peleando hasta que un día en lugar de agua saqué arena finita del pozo . Me largué de allí con un sol  ardiente como el diablo y llegué a la  huella donde pasaba el camión que lleva agua para la mina de los gringos. Ellos me levantaron  a los días y me llevaron hasta el lugar donde se puede ir al pueblo y un hombre que iba en el camión me dió un papelito y me dijo que si me acercaba al lugar que me decía el papel seguro tenía mis problemas  arreglados .Yo fui y un hombre me subió a un auto que parecía un pájaro por grande y rápido me llevó a la ciudad y ahí sí que me empezaron las penas. Había gente por todos lados y gritaban y en todos los lugares había  luces de colores y más ruido y después me dejó solo en un galpón enorme, donde habían apilado unos colchones y me mostró un  cuartito donde había un asiento blanco y me dijo ...el baño y yo nunca vi algo igual y no sabía usarlo. Después puso un aparato en el piso  y me dijo que si alguien lo llamaba anotara el nombre y todo lo demás yo no le pude decir que no sabía leer y nunca ei escribido en mi vida .Se fue y me dejó solo y el aparato chillaba y yo ni sabía que hacer.Tenía hambre, tanta, que caminé por todo el galpón y no encontré nada y me dormí así sobre el colchón  y cuando llegó de mañana ese hombre se reía ,reía de lo que yo le decía . Yo no me enojé tanto esa vez pero después pasaron muchas cosas y ahí empezó la rabia vieja rabia que ladraba como un perro rabioso.

                                   Y lo convidé al campo un día que me dijo...che  Negro ...él le decía así a todos en el galpón, llovió una semana seguida en San José deben haberte crecido hasta helechos y yo sentí acá como un odio grande que crecía y entonces le dije que si era macho se viniera a cazar el lión conmigo allá y me dijo sí de puro osado. Y nos fuimos en un auto del que tenía todos los aparatos que según él lo festejaban  y le mostré el desierto donde viven los pumas y los perros salvajes y le gustó y quiso quedarse y yo lo dejé. Cada hombre tiene derecho a elegir como distraerse. Allá se quedó y el agua que vino se fue y ya no sé.

                                   Por eso estoy acá, en este lugar algunos dicen que yo lo dejé a propósito  que debí quedarme con él ¿Usted Don qué cree?.

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