JUEVES POR MEDIO NOS JUNTAMOS SOCIOS Y AMIGOS POETAS A LEER Y COMENTAR LA "PALABRA", NUESTRO MUNDO DE MAGIA Y AMOR.
viernes, 13 de mayo de 2016
NI UNA MÁS. "TANGO II"
ERA UNA MUJER SOBREVIVIENTE
Toda vestida de negro, arrastrando
el dolor de su vida sin nombre y sin descanso. Descalza y con los huesos en
arco desgarbado como las cañas solitarias que le cubrían la cueva en la que
vivía. Era un hoyo en la tierra húmeda de la orilla del canal. Fuente de agua
marrón y cenicienta. Un gigante dormía en su memoria. Un grotesco malón cabrío
que azotaba su cuerpo contra el jergón mugriento de chala y trapos. Tuvo como
diez pariciones. Algunas a término otras apenas esqueletos deformes inconclusos
y verdes por los golpes de la afilada verga del monstruo que la rajaba en
horario de soles o de lunas. Hijos, hijas, muertos, vivos. Todos ausentes. Como
su esperanza.
Se llama Dionisia y como
sobreviviente un día de tormenta,
desparramó las entrañas del castigo diabólico llamado por algunos: “marido”.
Escapó del campo, caminó noche y día
hacia el poniente. Como animal salvaje fue borrando la huella de sus plantas
heridas. Así llegó la
Dionisia a la orilla de una ciudad dormida. Sedienta y
furiosa cavó su guarida. La tapó con cañizo para evitar miradas. Con barro hizo
un apoyo y una mesa de piedras.
Durmió sobre la tierra. Y vivió el
resto de su triste vida.
EL MALTRATO A LA MUJER ES INMORAL "TANGO I"
Tango 1
“El tango, ese reptil de lupanar” Leopoldo Lugones.
¡Pagaron mucho por su primera vez y fue Mayela la encargada de asistirla
luego! Desgarrada, sangrando, deliró tres días en un catre a la sombra. La
fiebre no le baja, murmuran las rameras, y, la señora llama al
boticario, cliente antiguo, para encontrar ayuda. Cuando llega en su buaturé se hace el
silencio. La presencia del hombre, acompañado por otro, que viste traje de lino
blanco, es algo desusado, por lo serio. La Señora , lo acompañó asustada hasta
una habitación de atrás. Olía a alcanfor y a lavandina. Allí, yacía Yamira, desmayada de dolor. Murmuran los
facultativos. -¡ La chica tiene...años? – diga- No voy a denunciarla,
diga la verdad.- y saca la mujer un paquetito donde envuelto en un pañuelo
hay unos papeles. Se los pasa. Todas hacen un silencio mortal. –¡ Doce años,
se lo decía, amigo, es una locura!- y un sofocado grito escapa de la
garganta de algunas pupilas. Nadie se anima a hablar. El “Tuerto” se esconde
entre los trebejos de su guarida infecta. Hay que llevarla al hospital,
urgente. No puedo hacer nada aquí. Yo no puedo dársela por la “cana” si me
agarran con una menor...- murmullos desde todos los rincones. Mayela atrapa a la matrona con su fuerza y coraje de
mestiza. La increpa y alza a la pequeña. Atraviesa el largo corredor hasta la
calle y camina hacia donde el automóvil espera. Los galenos le dan
instrucciones y parten con la niña. El “Tuerto” se acerca y las invita por
primera vez con una ginebra de la buena. Tiene un miedo atroz. Comienzan a
llegar los primeros clientes y las chicas dan vuelta a la manija de la vitrola
para darse ánimo. Ahora habrá que esperar unos días. Suspiran y suben la
escalera, cada una a su cubículo de suerte. Mañana ... tal vez mañana.
NI UNA MUJER MÁS. EL MALTRATO A LA MUJER ES INMORAL.
ALMENDRITA
¿Refugio, le pongo el hermoso
vestido que usó aquella vez? Esa noche
Almendrita no quería ir, Amorcito Reyes la obligó. Le prestó el vestido. Un
ángel envuelto en gasa celeste. ¡Acuérdate! De repente se vio coronada con
flores y una bandera; la besuqueaba Don Teófilo Villares, el Juez. Aplaudían a
la “Reina” y ella aturdida, no entendía. ¡Almendrita es más inteligente y
hermosa!, decían. Pronto se vio asediada por el Eligio, hijo del nauseabundo
“Juez”. Bombones, rosas, alhajitas y chucherías. La embaucó, ella estaba
enamorada como burra en primavera. Él la embarazó y comenzó el delirio. Primero
golpes, gritos, insultos y agravios. Humillada se escondió de todos, incluso de
su familia. ¡Ah, la maquillaré! Lástima, tan bonita, ayer la encontraron en un
pastizal muerta. El bebé destrozado a dentelladas por las alimañas. El Juez y
familia viajaron a Tahití. ¡El funeral
será mañana, no estarán! ¿Por casualidad investigarán?
COMO UNA LOBA
Como una loba
arrancaré de las venas la sabia
la vida herética o maldita.
Arrastraré con las manos
andrajos de piel herida mutada en
carcajadas.
Pandora y los Eunucos duermen.
Caminaré por el laberinto kafkiano
con antorchas de incienso.
Caminaré al destierro sin agua ni
maná.
Como loba insurrecta
recrearé un sortilegio de olvido.
Andaré, si, caminaré.
Borracha de hidromiel venenosa y
estéril.
Demandaré eclipses
perturbando augures a mi futuro.
Se abrirá la Luna , será una estrella
confundida.
Danzaré, cantaré y beberé clemente
atraparé las raíces profundas de un
rito
transgresor y profano. Espanto del
averno sólo mío.
Como loba hambrienta escarbaré las
piedras del altar
conectando mi dolor al dolor del mundo
pérfido y maligno. Emigraré al
olvido.
BAHÍA DOS REI UXÜ
BAHÍA DOS REI UXÚ
Las
casas bajas de adobe y paja, son un infierno El húmedo calor estival transforma
la hacienda en un hervidero de insectos y alimañas. Unas lagartijas corren.
Fideliña está en la hamaca de palma, estirada, buscando aire fresco. Escribe
una carta a su hermana Ulhema, que ha partido a Portugal para conocer
personalmente a su prometido, antes que el “Princesa Carlota” viaje de regreso
a Leiria.
Bahía
Dos Rei Uxú, 5 de mayo de 1798.
Querida
Ulhema
“Por
suerte la Virgen
de Mairiporá, permitió que el padrino Don Joäo
construyera esta casona de tapiales altos, techos de palma bien apretada
y mucho aire que atraviesa las estancias, para no morir con el calor que
trastorna"
A
veces ingresan serpientes y culebras, buscando fresco y comida, pero nuestro
“negrito” Toüm las espanta con humo y palos. Él, dice, que en su tierra son
tabú. Las comen y tienen una danza muy antigua para hechizarlas y que no
atrapen a los niños. ¡Son patrañas! Comen lo poco que encuentran y pescan.
¡Negro mentiroso!No se puede dormir con tanto calor. Pienso en ti Ulhema, ojala, hermana tu prometido sea lo que parece en el daguerrotipo que llegó y sea verdad que trabaje de alguacil de
Te cuento que nuestra amiga Cathaliña no podrá casarse, porque Don Afonzo Cristhao, dejó este mundo un amanecer hace como siete días. Hay un revuelo de comentarios. Según dicen los esclavos de su heredad fue por un ataque de apoplejía, que le arrebató la joven novia de las manos. Las malas lenguas de las matronas en pleno velatorio decían que lo había envenenando la vieja esclava que convivía con él, desde niña. La madre de cuanto mulato ronda por la propiedad. Todos de pelo motoso y ojos celestes como el amo. Hábiles para el comercio los mayores y vagos los más chicos porque ya ni los cuidaban.
Bueno, según creo una pócima de hierbas venenosas o destilado de mordedura de víboras o arañas fabrican estos “mandingas africanos” que sirven de ira y desgano a los blancos extranjeros. Lo supe por mi madrina que es de Mozambique y odia a cualquiera que no seamos nosotras, sus ahijadas. Ella asegura que lo han envenenado. ¡Qué interesante historia!
Ahora,
Cathaliña tendrá que vestirse de luto por dos largos años y no podrán buscarle
esposo; eso es una bendición para ella.
El
Señor cura fue quien cerró los ojos del finado Don Alfonzo y recibió de manos
de la esclava una bolsa de monedas de oro y piedras traídas de “Diamantina”:
esmeraldas, diamantes, amatistas y ópalos valiosos. Él, el cura, es miope hasta
para ver un ratón en la sacristía y amante de recibir regalos de manos
generosas. Creo que aunque el difunto estuviera verde como un escuerzo y con
los ojos rojos como brasas, iba a decir que murió en la Gracia de Dios y en Paz
Celestial.
Madrina
me contó que en el “burdel” entre copa y copa se habla del caso. Ella allí
tiene a su negro Lancaö, (amor eterno y envidiable). En la noche de malas
hembras, escuchó que han pagado a un nativo del norte mil reales de oro para
que con una cerbatana le inoculara curare, un veneno endiablado. ¡No creo! ¡Son
puras habladurías!
Pero
hay algo muy difícil de creer. Cuando murió el hombre, la joven Cathaliña
prometió ofrendar su vestido de novia y el velo a la Virgen de Mairiporá de
Aparecida. Dicen que irá en procesión con toda la cofradía de jóvenes de la
congregación a depositarlo detrás del altar mayor de la iglesia. Vestidas de negro
y crespones de seda, parecerá una fila de hormigas gigantes, llevando a cuestas
una flor de jazmín o una orquídea blanca. ¡Será lindo verlas!
Me
despido con cariño hasta tu regreso.
Fideliña.
P.D.
Toüm me dice que de noche van los negros a bailar al atrio para sus dioses
africanos, que ven ánimas moverse en las nieblas blanquecinas de la orilla del
río. Yo creo que son contrabandistas, pero no me gusta quitarle la ilusión.
No
envidia a su hermana que arrastra un enorme vientre donde anida un niño o tal
vez dos, dicen las negras. Ella es libre. No obstante Don Joäo ya está pensando
que tiene edad para casarla. Ha buscado un portugués o un español para la
muchacha, pero al ser mulata le han dado la espalda. Quieren blancas como Ulhema.
Buscará en el sur, por Montevideo o Buenos Aires.
Nace
un par de niños. Hermosos y blancos, con ojos celestes como el padre. Todo es
regocijo. Cuando crezcan heredarán parte de las plantaciones y la mitad de los
negros y esclavas. ¡Pero…!
Fideliña
en una tarde de tormenta recibe una extraña visita.
“Carta
encontrada después de un tiempo…!
“Anoche
entró, tras romper el ventanal, un hombre que me tapó la boca y los ojos,
violándome y dejándome tirada sobre la colcha ensangrentada de fina randa eirá.
Mi frente con la marca de labios mordisqueada la piel, arañazos en la espalda y
golpes que conseguí intentando sacarme de encima al maligno.
Mis
sollozos fueron oídos por Toüm, que corrió las cortinas y al ver a “su” niña en
el estado en que quedé, sorprende a la casa con un grito desgarrante. Me
conoció cuando nací, me vio caminar cuando era apenas una crianza y ahora estoy
hecha un estrago.
Corrieron
Ulhema y la Madrina. Ya
envuelta en una sábana limpia hicieron entrar a Don Joäo, éste se persignó y
abrazó mi exiguo cuerpo. Se produjo un silencio cómplice. ¡Nadie sabrá qué ha
sucedido en la hacienda!
¡Prometo
mi ajuar y mi vida a la Santa Iglesia
de la Virgen
de Mairiporá de Aparecida! Ese es mi destino. Fideliña.
Un
mes después Griselda y Fideliña hacen su penitencia de novicias. Llevan su
traje de novia y su ajuar a la catedral. Luego entrarán a la casa de Carmelitas
descalzas, no pueden casarse una por viuda, antes de desposar a su prometido y
la otra por secreto de violación.
La
madrina arma los cuerpos de madera para llevar los vestidos. Son de palo de
rosa y mangué. La cabeza es de porcelana portuguesa y las manos de cuero de
capibara blanqueado con tintes del bosque. No conocen un secreto; cuando ambas
muchachas dejan en la sacristía sus homenajes, no saben… que la esclava negra
manceba de Don Afonzo, ha introducido un hechizo con ojos de “Curutú”, piel de escuerzo,
uñas de yaguareté y plantas venenosas entre los velos nupciales. Una serpiente
verde seca y la figura de ambas niñas pinchadas de espinas de “gatuña” en los
ojos y en el pecho.
Lancaö,
escucha en las noches de luna llena la voz de la diosa de la Verdad que entre retumbe
de tamboriles y tambores le dicen el
secreto.” Las damitas morirán con el embrujo de Yayá Cristhao Numo…” y corre a
susurrarle a Madrina lo que ha sabido de los dioses ancestrales. Ambas jóvenes
deliran y con fiebres altísimas sufren una extraña enfermedad. Ciegas y con
espasmos cardiorrespiratorios, soportan en soledad en la celda monástica.
Durante
la Misa Mayor ,
el nuevo presbítero llegado de Río de Janeiro
a Bahía Dos Rei Uxú, enviado por el Cardenal de Portugal, comienza a
sentir ruidos extraños y ve horrorizado como se contornean los trajes en sus
maniquíes como si dentro habitara un ser endemoniado. Los cánticos, sahumerios
con mirra e incienso, rogativas y rezos acallan hasta la noche el movimiento
caótico de los trajes y velos nupciales.
En
la madrugada, cuando la luna espléndida y aliada de los hados, es despertada
con los bailes de los negros, se produce la conversión del Vudú. Y las dos
muchachas comienzan a despertar de una muerte insólita e inexplicable para los
parientes y amigos.
La
santa Virgen de Mairiporá de Aparecida, ha demostrado el amor que siente por
sus protegidas.
A TOMÁS ALFARO POETA BOLIVIANO
AL POETA DE LOS NIÑOS… OSCAR
ALFARO
TU GRITO AUN SE ESCUCHA ENTRE LAS
PIEDRAS
LUCHADOR, POETA AMIGO DE LA VIDA ,
CRECISTE EN UN NIDO DE SOCAVONES DE
NIEBLA
ENTRE LAS MINAS DE PLATA Y LÁGRIMAS
PERDIDAS.
PERMANECE EN LA TIERRA COMO CREPITAR DE HUESOS
TU LUCHA POR DEJAR ESCRITO UN HITO
DE BELLEZA.
UN RICTUS DE NOBLEZA DEJÓ TU MÁSCARA
DE YESO
EN LA TIERRA ANCESTRAL DEL AIMARÁ ARRASADO,
MUERTO.
LOS NIÑOS SON OÍDOS EN LA PALABRA ERRANTE Y LA TRISTEZA
PERO UNA LUZ SE VA ABRIENDO EN LOS
CONFINES
DE LA PIEDRA ARENOSA DE LA SIERRA.
CLAMA TU OCULTA SERENIDAD POR
AQUELLOS
QUE AUN NO HAN COMPRENDIDO CUÁNTO
AMASTE
LOS DESNUDOS PIES DE LOS PEQUEÑOS.
Graciela Elda Vespa, Mendoza,
Argentina.
DULCE SECRETO
Si me desalojo de los sueños
si penetro en el túnel verde del
abismo
estaré caminando en el borde del
desierto
y la ráfaga indeleble de un beso
transformará mi crepúsculo en una
carga de suspiros.
Guardaré el secreto entre las
sábanas
Comeré damascos con tu boca dormida
Soñaré inexplica arco iris de
magnolias
Volveré sobre los pasos de la niña
perdida
Para amar al hombre que me espera
en los sueños.
miércoles, 11 de mayo de 2016
FOTOS Y RECUERDOS. MAGIA Y BELLEZA.
HABÍA QUE HACERLE UN HOMENAJE A JOHN LENNON Y UNA ROSA BLANCA ME DIO LA OPORTUNIDAD DE DARLE UN POEMA EN FLOR. NEW YORK.
LABERINTO DE ESPUMA.
LABERINTOS DE ESPUMA.
Mi
duro laberinto de frondas y de lunas,
me
deja desprovista de acerada armadura.
Busco
entre los pasillos desdoblados de espejos
una
máscara pálida de rosales de nácar y reflejos de oro.
Y
lejos, en el silencio de la noche plateada, la luna
que
desdibuja la angustia de amar los imposibles,
amores
tempestuosos, amores sensitivos...
como
aves migratorias que huyen por las dunas
entre
arenas blancas, mojadas por el agua marmórea.
Y
sigo solitaria. Un suave mediodía de penas inconclusas.
Se
oye el canto bravío del mar contra las rocas.
Un
mundo desdeñoso de oleaje y de espuma
envuelve
con arena mi pobre pie desnudo.
No
encuentro la salida en este laberinto.
Los
espejos de nuevo me muestran la mirada
de
un amor que en su escaso entregar se desvanece.
Me
detengo silenciosa e ingrávida, frente a un nuevo abismo,
Estoy
sola en la noche, abrazada a mis penas
y
vuelvo la mirada buscando las estrellas.
La
luna se refleja con toda su belleza y unos ojos curiosos
observan
mi tristeza.
EL HOMBRE ES LA MUECA DEL SILENCIO. Diego Lerer.
El hombre es la mueca del
silencio.
Diego
Lerer.
No sentía ni tu aliento, ni tu
pulso. Sólo el fuerte perfume de diamelas y heliotropos que le dan un sabor
frenético a todo tu ser. Penetré en la oscuridad de la noche donde estallaban
como fuegos de artificio los recuerdos dormidos o escondidos por perversos y
obstinados. Tú, la mujer prohibida. Lejos la verdad de tu vida real. Marqué
ávido tu número de teléfono para escuchar esa voz planetaria y helicoide. Tras
el otro aparato, una voz varonil ya conocida y realmente odiada me dejó
perplejo y mudo. Corté la comunicación, inventando una escusa casi cómica y
pueril. ¡Cómo decir que eras tú a quien yo ansiaba! Tomé la determinación
exacta. Me senté a esperarte como siempre lo hago en el sillón detrás de los
sicomoros exóticos. Esperé en silencio. Soñé contigo y cuando sentí la llave en
la puerta elevé el mortal amigo de mi locura y vomité su plomo devastador en tu
frágil figura. Ahora miro perdido en la noche silenciosa tu bello rostro. Mi
sangre fluye con borbotones mágicos sobre tu piel de seda y nieve. Muero, sí,
pero nadie, nadie podrá amarte como lo hice yo en esta vida. Trato de llegar
hasta tu cuerpo inerte y se va desplegando mi cuerpo inmaterial sobre ti en
besos apasionados y me voy yendo y observo una mueca destemplada en mi antiguo
rostro. Una mueca de ira y dolor por no poder amarte. Silencio. Sólo queda el
silencio del jardín nocturno donde un casal de alondras hacen el amor entre las
frondas de los rododendros en flor.
MENDOZA
27 - 7 - 99.
HOJAS QUEMADAS
Hojas quemadas
¡Ufa! me tienen loca con las multas! Siempre buscan el menor
pretexto como forma de quitarnos esas entretenidas maneras de conocer lo que
hacen las vecinas.¡Y en especial la tipa de enfrente!
Antes podía espiarla, sin que se diera cuenta.¡A eso de las 8
de la noche salía con la escoba, el lampazo, juntaba las hojas de la vereda y
de la calle y las quemaba! Era una forma elegante de saber que hacía la fulana,
con ese hombre tan fino y buen mozo, que llegaba en un coche nuevo y que no es
su marido.¡Qué rabia que tengo! Ahí sale nuevamente, mejor que disimulemos!
-¡Señora, cuando se queman las hojas secas, producen
alergias, no le vaya a suceder, lo que lo mismo que a la señora de López, su
vecina, la pobre está malísima. No tenga que venir a consulta, como con ella! -
Mientras abre la puerta del auto, me pasa una tarjeta que dice: “Doctor Alberto
Figueroa, médico alergista, atención en el domicilio”.
SUR
Sigues indio colosal alojado en mi grito.
Aún tu sangre fuerte se desploma entre las
piedras.
Quedan
quilates de pisadas olvidadas en
yerbatales perdidos
Guaquerías
despobladas...muertas. Dioses robados de las tumbas viejas.
Indio incrustado en lágrimas de oro.
Oro que cuelga del algún altar ibérico
notable
que sangra y desparrama
en ríos la miseria y su herencia de vergüenza.
Los hombres te mintieron. Nos mintieron.
Su palabra aflora de la página escrita
que mata cada día con abundancia de
traición almibarada.
Yo siento la verdad como una cruz
incrustada en
mi conciencia. Mi Cruz, indio,esa...
que despierta el palpitar rugiente de mi
ira.
¿Qué te hicieron...qué nos hicieron
creer?
El tiempo que despeja la mentira
el que nos abre las llagas por donde atisbar
la verdad,
queda. Occidente no es hoy el que entonces
fuera.
Aún hay tiempo. Tu negra suerte volverá
de tu mirada perdida para ver el sol.
Caminarás erguido,
Volverás a ser el dueño de la tierra.
PORQUE NACÍ MUJER Y POETA
_ I _
y poeta...
UN REGRESO ESPERADO
UN REGRESO ESPERADO.
Había pasado
un largo tiempo. Rosalba se había escapado con Tulián. Nadie sabía a dónde se
había ido. Él, era del norte. Un hombre alegre como pocos. Mirada pícara y
sonriente. Tocaba "la verdulera", acordeón heredada de su abuelo. Llenaba
el patio de tierra húmeda apisonada hasta el cansancio, con sus
melodías...medio gringas, medio guaraníes. Así como llegó, se acomodó rápido en
el galpón. Hachó, podó, aporcó con heladas y viento, con calor y Zonda. Hizo
todo lo que un “golondrina” puede hacer para juntar metal en la
"guayaca".
La finca era diferente desde que llegó él. La Rosalba con sus recién
estrenados catorce, se perdía en los ojos azules y los brazos fuertes de
Tulián. Lo amó sin miedo. No esperó consentimiento.
Los
apesadumbrados padres se anoticiaron esa mañana, después de la melesca, que se
habían fugado. Desaparecidos, nadie los había visto. El callejón parecía
sombrío desde el parral desnudo. Los álamos se vistieron de otoño y se
desnudaron sin que hubiera noticias.
Un día de
tormenta, el cielo gris-morado, se desplomó con el granizo. El callejón parecía
un largo río de hielo. ¡Y a lo lejos...muy lejos, apareció una mancha de color esperanza!
Se fue
agrandando hasta que los ojos de la Prosperita apresaron la clara imagen
esperada. ¡Así de rápido corrió la madre!
Se enfrentó a una mujer madura de quince años con un niño en brazos y un profundo dolor humano en el alma.
Juntas
regresaron bajo el alero del rancho que nunca la despidió, de sus infantiles
ojazos tristes cayeron unas lágrimas alargadas. Ahora sí reflejaba el dolor del
abandono.
Entre el ruido
de la tormenta se oyó clara una voz que decía: -¡Viejo, prendé el fuego...ya
regresó la nena!
MENDOZA
- 3 - 10 - 2000.
CAMINANDO JUNTO AL MAR
CAMINANDO JUNTO AL MAR
la Gioconda y su tenue
mirada y travesuras;
He caminado por el arco iris y su
ilusorio misterio
buscando la mirada de los dioses.
He desandado los abismos del
averno
buscando tus palabras y emociones.
Encontré una enorme galería de
sonrisas
mujeres-Modigliani y picantes
mujeres de Picasso,
también la Primavera - Botticelli,
con una damisela entre mil
flores...
¡Nunca la sonrisa hermosa de
algún hombre!
Y la tuya, tu sonrisa tan
humana...que se esconde
y tu nombre que se pierde entre
las frondas,
que se pierde entre la gente que transita mis
calles ciudadanas y ruidosas.
¿Dónde estará esa palabra franca,
dónde la arena fresca de tus
playas...
en la que juntos tomados de las
manos caminamos mil noches?
Me introduje buscando entre las
olas una estrella de mar y entre los riscos...
una barca que aleje las
tristezas.
Para dártelas como pagana
ofrenda.
Como un regalo de Venus a
Neptuno.
¿Dónde estarás amigo de mis
sueños, sino en mi corazón?
Así te busco y así te encuentro.
Vamos a caminar por nuestras
playas...
encontraremos pasiones y
suspiros,
encontraremos besos con arena
y nuestros cuerpos húmedos y
tibios
serán como una orquesta afinada
de violines
acariciándonos, Beethoven armonioso
y estallará la Oda
a la Alegría
con los besos de amor y la
ternura,
y una lágrima tuya se unirá a mi
alma.
Y tus labios dulces se apretarán
sedientos
y un perfume de mar brotará de
nuestros cuerpos.
¡Amor! Generosa la vida, que nos
ha regalado todo esto.
S.A.D.E. BUENOS AIRES. PRESENTACIÓN DE LA ESCRITORA ZULMA NICOLINI
EN LA SALA DE S.A.D.E. BUESNOS AIRES LA PRESIDENTE DE S.A.D.E. GUALEGUAYCHÚ SRA. ZULMA NICOLINI, EL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DE LETRAS DE ARGENTINA PROFESOR ROBERTO ALIFANO Y MIGUEL ÁNGEL PIZZIO. PRESENTACIÓN DE UN LIBRO DE ZULMA NICOLINI.
GRUPO ACONCAGUA
EL GRUPO ACONCAGUA CONTIENE A LOS POETAS MÁS DESTACADOS DE MENDOZA. EN ESTA FOTO EL ARQUITECTO Y POETA LUIS RICARDO CASNATI, UN HITO LITERARIO EN LA PALABRA.
CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS Y SOÑANDO CON LA POESÍA. CARMELA HERNÁNDEZ MANZO Y LUIS OBERTI OBERTI EN LA CHARLA DEL CAFÉ LITERARIO.
UN POETA QUE CAMINA LOS PAÍSES DE AMÉRICA CON SUS POEMAS: JUN CARRIZO, BEATRIZ BAUDISSONE Y QUIEN ESCUCHA ATENTA, UNA AMIGA DEL GRUPO.
LOS´SÁBADOS REALIZAN LECTURA Y CRÍTICA LITERARIA DE ALGUNOS GRANDES ESCRITORES DEL MUNDO Y DE NUESTRA PATRIA. FUI INVITADA EN ALGUNAS OPORTUNIDADES A COMPARTIR LA LECTURA DE MIS POEMAS.
AMANCIO... PADRE POR AMOR
AMANCIO...PADRE POR AMOR.
Amancio
Urtubia había nacido junto a los surcos de la viña. Su piel salobre tenía el
color del sudor agrio del sol siestero. Fue engendrado a deshora y por un macho
bravucón y curdado que desapareció ahí mismo. La Amalia lo parió como pudo,
sola y triste, casi como a un malquerido y expulsado por una brujería hecha
atrás de su conciencia india. Vino el tiempo de criarlo y lo hizo sin caricias
ni besos, simplemente lo crió. Un día de esos, ella, encontró al Zahir Mussaza,
un vendedor de fantasías, chucherías, pócimas y mil objetos llamativos que
vendía por las fincas. Se aquerenció en su caserón grisáceo, maloliente y
sucio. Fregó paredes, pisos y un fogón tiznado como el mismo infierno. Limpió
vidrios y puertas y le dio al hombre, un lugar de macho y alegrías. Zahir la aquerenció
como premio a sus desvelos. Amancio había quedado afuera. Zahir sólo impuso
"eso"...Amancio en un cuchitril en la parte de atrás...y cerca de la
letrina. Nunca a la escuela, es cierto, pero sí a trabajar la chacra y con sus
añitos frescos a estrenar coraje de agua helada en invierno; en esa palangana
donde podía higienizarse, rompiendo primero una capa de hielo. A bañarse en el
tanque de cemento en la finca de don Tito, en esos días calientes de enero y
febrero.
Trabajo
le sobró siempre. Aprendió a podar, a aporcar y hacer bien toda clase de
injertos. Los vecinos lo buscaban, a pesar de sus años, para que los hiciera en
durazneros, perales, ciruelos...y las mujeres en los rosales...todos le daban
algo, menos plata que recibía el padrastro. Siempre vistió ropa usada y
gastada, que su madre remendaba. Alegre y obediente, nunca se quejó y su madre
se fue haciendo más suave. Él, sólo, se fue haciendo grande. Ya tenía trece
años. Una tarde de invierno, a la oración, don Zahir lo llamó a voces, asustado
y nervioso...-¡Amancio, vení
muchacho...tu madre...no se ve bien,... la pobre! De pronto una bocanada de
sangre y un grito. Los ojos se quedaron quietos y así se murió, sin ayuda de un
médico que llegó tarde. Cáncer, - dijo – Lo tenía hace rato ella ¿Cómo hizo
para pasarlo parada? ¡Debe haber sufrido dolores muy crueles! Silencio.
-
Amancio quédate cuidando todo...no podés dejar la casa. - fue la orden del
padrastro.
-¡Don
Zahir...no le parece que el chico tiene que despedir a su madre!- opinan los
meteretes de las fincas aledañas.
-
No puede dejar la casa...y punto. Tiene que hacer mil cosas que no esperan. -
el hombre sale ofuscado y casi tropieza con el niño viejo. No pudo acompañarla.
Las
cosas siguen su tiempo de reloj sin cuerda, la primavera regresa y los árboles
frutales le regalan sus primicias. Este año la cosecha va a ser un espectáculo,
muy buena... Amancio comienza su nueva tarea... ser ama de casa. Cocina,
friega, plancha, y más le falta tiempo a su poco tiempo. Zahir le ordena que
entre..."Dormí en la cama de tu
vieja", sus cosas son tuyas ahora. Busca de su pocilga unos pequeños
tesoros. En una cajita de lata tiene unas figuritas nuevas, unas piedras que
encontró en el lecho del zanjón y parecen objetos preciosos, una cucharita
labrada en plata que encontró en la calle el día que fue a la iglesia por
primera vez. Como no sabe leer tiene un libro sin abrir y apenas lo toca para
no desparramarlo! Entra en la casa y penetra en ese santuario donde dormía su
madre. Un terror quieto lo abruma. Es de noche y se tira sobre la cama. Siente
el perfume a romero del cabello de la desposeída, tiene miedo. En la oscuridad
cree ver los ojos negros y brillantes la difunta. Por primera vez la llora. Así
acepta la suerte de infelicidad y penas que le ha tocado.
Grande
ya, es tan bueno que todos lo quieren. Zahir ya está viejo. No sale todos los
días con su carretela llena de trastos milagreros. Le pesan los años y siente
que ya no puede. El chico lo ayuda y por primera vez, se avergüenza del mal
trato. Sale un día a la ciudad. Nada le dice al Amancio, como siempre. Cuando
regresa le explica que si él muere, en un cajón de su ropero hay una llave, con
algo que será para él. No se la da, pero en eso queda todo. Pasa el tiempo. Una
mañana temprano Amancio siente un golpe extraño, fuerte, corre a ver. ¿Qué
sucede? Encuentra al viejo caído, con medio cuerpo en la cama y el resto en el
piso. Sale corriendo a llamar a Don Tito...alguien que escucha los gritos llama
a una ambulancia. Cuando llega está muy mal y lo trasladan al hospital. Don
Tito se va con Zahir y a la tardecita regresa buscando los papeles del hombre.
El viejo ha muerto.
¡De
nuevo solo en ese caserón que él ve un poco amigo y otro poco como enemigo!
Camina y retumban sus pasos por la casa vacía. Tiene mucho miedo y se duerme
vestido como quien puede ser echado del lugar. Don Tito viene a buscarlo y lo
lleva al cementerio...ve como una a una echan cucharadas de tierra sobre un
humilde cajón de madera. Todos lo abrazan y algunos le ofrecen ayuda. ¿Ayuda
para qué? Si él siempre se arregló solito...y comienza a andar su territorio de
descubrimientos.
Llega
a la casa y toma todo lo que queda del viejo, hace un atado y lo lleva a su
antigua habitación. De pronto recuerda el tema de la llave. Obediente la busca
y comienza a desandar habitaciones. Frente al ropero tiembla, retrocede, siente
vergüenza y terror del difunto. Pero sabiendo que tiene la orden aquella vez, abre
el cajón y da un paso atrás sorprendido, un montón de fajos de billetes atados
con piolines le sonríen. También papeles envueltos en plástico arrugado. ¡No
sabe leer...tendrá que pedirle a don Tito ayuda! Esa noche no puede dormirse
rápido, pero el cansancio lo arremete. Se duerme y sueña. Éstos lo llevan a su
más tierna infancia, a su dolor de desamor y desamado. Sueña el frío de sus
noches y de las miradas indiferentes de su triste madre y de Zahir. Un
escalofrío le recorre el alma y su cuerpo quieto y se despierta. Gracias a Dios
está solo.
Pasan
unos días y una mañana llega un hombre joven con otro no tanto, en un coche
nuevo. Lo buscan a él...y allí se presentan abogados de una firma antigua. Vienen a
decirle que el viejo padrastro le ha dejado una pequeña fortuna en bonos y oro.
¡Sonríe y su perfil de niño...tiene diecisiete años impresiona a los
profesionales! Está lleno de sorpresa. ¿A él, don Zahir le ha dejado algo?
-
No poco, no algo...te ha dejado mucho. Tres fincas, doce casas de alquiler,
joyas y papeles que cotizan en la
Bolsa. ¡No puede ser, no entiende nada, si apenas le hablaba,
si nunca lo quiso!
-
Señor yo no sé leer. Nunca fui a la escuela y ¿qué voy a hacer si de acá no he
salido nunca? No he ido nunca a la ciudad...nunca jamás.
Los
hombres lo miran curiosos y opinan: “Es mejor ellos le ayudan y que le manejan
todo...” Mas el muchacho recuerda palabras del padrastro. ¡Nunca confíes en
nadie y menos si es estudiado y de la ciudad! ¡Los señoritos son todos unos
sinvergüenzas no hay que creerle! Les dice que hablará con su tío Tito y que ya
hablará con ellos. Los abogados se van refunfuñando. Él, sueña despierto. Don
Tito, Don Cosme y Don Nerio lo ayudan, le enseñan a firmar y le leen los
papeles y aprende de a poco... ¡es tan joven! Al tiempo ya sabe manejar las
cuentas y muy bien las fincas.
Ya tiene veinte años, y es un patrón generoso.
En medio de las hileras un tractor sacrifica a una muchacha cosechadora, que
queda destrozada tras los enormes neumáticos. Policías y jueces van y vienen.
Pero nadie observa que a la orilla del cuadro hay un bebé llorando. Nadie lo
alza ni lo lleva. Tampoco es reclamado y así le llega el Pedro, por olvido e
indiferencia, también burocracia. Al tiempo le llega la Rosa de mano de la Romina , hija del
contratista de La Pedrera ,
viudo y alcohólico, es madre-niña, que enamorada de un joven se va y la deja..." Por sólo unas horitas... usted es
tan bueno". Nunca regresa. Rosa es
miedo e ignorancia. Después llega el Julio (indiferencia paterna) y la Claudia con soledad y pena
que le recuerda a su madre.
Y
así se le llena la casa de niños que nadie quiere. Sólo él siente amor, los
manda a la escuela. Un día llega el primer título de técnico electricista, el
Pedro; después una maestra, la
Rosita y una dentista y un aviador, la Claudia y el Julio y pasa
el tiempo y vienen los casamientos y fiestas de bautismo. Y el Amancio
solitario, que no tuvo casi madre, nunca conoció a su padre, sufrió mucho a su
padrastro...hoy rodeado del amor de esos "hijos" que son su familia
vive en un cielo de estrellas. Es abuelo.
En
un otoño de cosecha...a las once de la noche cierra los ojos a un sueño de
tiempo inmemorial...Amancio Urtubia ha muerto. Ha dejado una familia
enorme...él que no conoció mujer en su lecho, para criar a los chicos...de la
calle. Amancio Urtubia recorre la ruta de amor más grande...la que lo
lleva a Dios.
MENDOZA
- 21-10- 99.
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