PARA EL NIÑO TRISTE DE OJOS
GRANDES.
No hay un lugar para el que parte sin destino.
Se apagó la lámpara y siento que ya no habrá lumbre.
Cayó una hoja del árbol recién arraigado en el jardín distante.
Una piedra rodó. Un camino fue armado con lágrimas ahora
no queda espacio para tu desdicha.
Quedaste solo niño solo. La canica olvidada.
La bicicleta duerme en un rincón sin luz. Hoy es siempre todavía y
recordaré tu tristeza y tu sonrisa.
Un pequeño leoncito de zarpas enormes, me trae tu mirada.
Una mañana de escalera inquieta tu risa con las muchachas que
atrapaban tu nombre para elevar barriletes.
Te fuiste a un país de invierno y ahora
vuelves envuelto en una sábana de pétalos de grises.
Adiós muchachito...te quería.
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