Sigues indio colosal alojado en mi grito.
Aún
tu sangre fuerte se desploma entre las piedras.
Quedan
quilates de pisadas olvidadas en yerbatales perdidos
Guaquerías
despobladas...muertas. Dioses robados de las tumbas viejas.
Indio
incrustado en lágrimas de oro.
Oro
que cuelga del algún altar ibérico notable
que
sangra y desparrama
en
ríos la miseria y su herencia de vergüenza.
Los
hombres te mintieron. Nos mintieron.
Su
palabra aflora de la página escrita
que
mata cada día con abundancia de traición almibarada.
Yo
siento la verdad como una cruz incrustada en
mi
conciencia. Mi Cruz, indio,esa...
que
despierta el palpitar rugiente de mi ira.
¿Qué
te hicieron...qué nos hicieron creer?
El
tiempo que despeja la mentira
el
que nos abre las llagas por donde atisbar la verdad,
queda. Occidente no es hoy el que entonces fuera.
Aún
hay tiempo. Tu negra suerte volverá
de
tu mirada perdida para ver el sol.
Caminarás
erguido,
Volverás
a ser el dueño de la tierra.
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