Silvano se sentía un ganador. Con sus maestrías y nivel educativo, había
logrado tener un lugar muy afortunado dentro de la comunidad. Era un hombre
exitoso. Listo y de buen porte, con capacidad deportiva, logró llegar al puesto
más importante dentro de su trabajo. Ser gerente general de una empresa naviera
era muy bueno.
Conoció a Amarilis en un congreso en Costa Rica, ella era sobria, callada
y muy señorial. De conducta refinada, como le agradaban las mujeres, pero vivía
en otro país, y eso era un impedimento para verla. Igual se las ingenió para a
través de una nutrida correspondencia acercarse y tras un tiempo breve, le
ofreció matrimonio. Ella aceptó y viajaron de luna de miel a España. Fue una
hermosa época para Silvano. Amarilis, en un corto viaje a Costa Rica adquirió
una enfermedad que la tuvo grave. No pudo tener hijos y eso los hizo ser muy
compañeros. Paseaban por las playas de Uruguay y brasil, por Europa y Miami.
Pero se fue desmejorando hasta que ya no pudieron salir de la ciudad y ella se
despidió con un tierno abrazo. Silvano, no lograba superar su soledad.
Extrañaba los conciertos compartidos y las lecturas comentadas de los últimos
tiempos. La casa se transformó en una tumba llena de recuerdos. A él, le había
llegado la jubilación. Hicieron sus compañeros y amigos de la empresa una
hermosa fiesta d e despedida. Con una medalla que podría colgarse junto al
reloj de oro de su abuelo que colgaba en su pecho desde un bolsillo del
chaleco, pero la puso sobre la almohada donde había quedado impresa la figura
de la cabeza de su amada Amarilis.
Pasó el tiempo y los silencios se fueron agigantando. Una nube bloqueó
sus sueños, el insomnio alargaba las horas sin permiso. Un día no pudo caminar
y llamó a un amigo. Anciano amable le aconsejó ir aun geriátrico. Y allá fue,
dejando su casa cerrada a los ensueños. A la vida la dejó pasar quedando en la
más profunda soledad. Amarilis era lo único que su memoria tenía presente en la
palabra.
Soñó cada noche con ella, cada mañana con ella, cada hora con ella. Y
cerró para siempre el corazón a los otros recuerdos.
“Con esos sueños de los viejos asilados en sus recuerdos y
que esperan que alguien les envíe algo mas que notas comerciales.”
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