lunes, 24 de octubre de 2016

POEMA 256

POEMA 256

No hay magia en la vereda de la ciudad sin nombre.
Los refugiados del odio se esconden entre la bruma.
Pecan los hombres soberbios mirando al contraluz.
La noche miente sabores de luna vieja y aliento a mandarina.

No hay magia en la ciudad sin nombre.
Hay refugiados del odio que se esconden entre los escombros.
Pecado de los hombres soberbios que dominan.

Mirando al contraluz nos vigilan fantasmas despiadados.
La noche miente sabores de luna vieja y aliento a mandarina.


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