domingo, 6 de enero de 2019

A NUESTROS HERMANOS VENEZOLANOS


Y FUE UN VERGEL

Una línea divide oriente de occidente
El camino es una larga serpentina de cuerpos
que dilatan su paso por la vereda del un camino
que se consuela con gorjeos de pájaros y manos tendidas

Ya no queda un pasaje al interior del color y la alegría.
Una pena agiganta el deseo de reír con el sombrero nuevo.

Vuelan los sonidos de viejas canciones populares,
Quejas de viandantes sedientos enarbolando esperanzas
Recibiendo el agua como lluvia mágica del hermano-amigo.
Recibiendo una “arepa” con guiño de “compadre” en fiesta.

Ya dejaste tu casa y tu lacerado corazón en la tierra del amor.
Ya no volverás a ver las frondas con vestigios de flores.
Una enorme pena te desgarra el alma al dejar un “guachimán” allí
junto al vacío, al campo sin sembrar, al bar donde bebías,
en ese rincón donde diste el primer beso, nació tu enamorada,
tu amigo y hermano de la vida. ¿Dónde  tu Maracaibo no llora?


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