La tía Elodia, era la mejor modista
de la región. Todas las muchachas soñaban que les preparara el vestido de
novia. También los del civil y las madrinas y amigas hacían cola para encontrar
la mejor tela, el mejor modelo… las revistas de moda eran sagradas.
Una niña de
El día que se iba a probar el traje,
cuando Belinda, la joven que se casaba el día siguiente, tocó a la puerta.
Nadie acudió. Golpeó y golpeó. Llamó a gritos. Nadie la escuchaba. Asustada, atrajo
a unas vecinas, que pasaron el zaguán y ¡Oh! Sorpresa… Elodia había caído
fulminada sobre la máquina de coser. El traje sin terminar y la novia sin
vestido.
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