lunes, 28 de agosto de 2017

CUENTO CORTO

LA MENTIRA.

Fue terrible el griterío cuando Lorena entró con la ropa desgarrada y el cabello revuelto. La anciana que la crió desde el nacimiento lloraba pensando lo peor. Y su padre al tratar de acercarse volteó la silla que pareció estallar en el comedor. Hasta el cachorro ladraba y saltaba como endemoniado. La muchacha se tiró en un sillón y comenzó a gimotear.
-Lo conocí por Internet y me pareció un chico normal; llegó impecable a la confitería y tras él, un grupo de amigos que comenzaron a molestarnos. Eran como cinco o seis.- comenzó a llorar. -No me hicieron nada, gracias al camarero que vino a preguntar qué queríamos beber o comer. Cuando nos dio la espalda la cara de todos se fue transformando en máscaras demoníacas. Yo chillaba y a ellos les crecían unos enormes dientes y los ojos inyectados en sangre se acercaban a mi rostro como para comerme. El joven volteó y al verlos les tiró con el café hirviente. Yo salí corriendo y me subí al primer taxi que vi pasar. Desde adentro pude ver como desgarraban al pobre mozo y le comían brazos, rostro y partes del cuerpo. Me salvé por un milagro.
Lorena se aleja hacia su habitación y murmura… menos mal que se creen cualquier cosa. Si no me escapo me violan esos pelmazos de quinto año del colegio. Mañana hablo con la preceptora. Espero los echen de la escuela.


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