lunes, 28 de agosto de 2017

UN POEMA ANTIGUO

Sostengo ante los ojos el brillo de cerezas

un ramillete albo sonrosado de no me olvides

dedos que parecen perseguirme

la piel de caricias escondidas arrugada

la sombra de un sueño inesperado


 una migaja de sonrisas que atraviesan el tiempo

un reloj que derrite las horas con sombras de colores

una estrella fugas que merodea entre los brazos de una diosa

y el Olimpo la empuja hacia el mar plagado de espuma.

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